17.4.12

El cambio es de abajo y a la izquierda: Ángel Román Real

Oaxaca de Juárez, 16 de abril. En los años electorales, como el de ahora, las promesas, compromisos, juramentos y discursos se hacen escuchar por doquier, las multitudes empobrecidas (o la "bola de pendejos que forman parte de la prole" como les llaman alguna(o) s) esperan la llegada del mesías, del redentor que cada seis años se hace presente prometiendo acabar con la vejación y miseria en la que han permanecido por años.
Cada sexenio las palabras manumisoras prometen combatir la pobreza, generar mejores empleos, garantizar el ejercicio pleno de los derechos de mujeres, indígenas y personas discapacitadas, duplicar y triplicar el crecimiento económico, ofrecer educación de calidad, honestidad y compromiso social entre algunas otras cosas que prometen en campaña pero que dejan en el tintero una vez tomando el poder.
El poder, designa la posibilidad de obrar, de producir efectos, de transformar o devastar, otorga la posibilidad de transmutar lo infausto y deplorable por algo Fausto y propicio. El poder puede estremecer y cambiar al mundo, sin embargo, el poder que se otorga a los políticos por medio de la democracia representativa, es un poder condenatorio y esclavista, es un poder que somete y coacciona a todo aquel que desobedece a eso que los políticos llaman democracia ¿Pero que es la democracia? Algunos dicen que democracia es votar y delegar poder a alguien más, para que ese alguien más te represente y te gobierne a la vez. Pero eso que llaman democracia, "no es una democracia, como se pretende, ni siquiera en la forma limitada de república representativa. Es un dispositivo de dominio al servicio del 1 por ciento" (Gustavo Esteva, la jornada 16/04/12), es decir, es un mecanismo oligárquico que favorece a los que ostentan el poder económico y político.
Por lo tanto, el pensar que con votar el primero de julio (2012) se inicia el camino hacia la transformación del país, me parece algo ingenuo, más aun, cuando ves que las personas que hoy son candidatos por la coalición de izquierda ayer eran priistas o panistas, o los que hoy son priistas ayer fueron panistas y viceversa. En el sistema de partidos todo es pragmatismo y demagogia, no importa si eres de izquierda o de derecha, no existe una ideología solida, o mejor dicho, no existe ideología, el objetivo es llegar al poder y perpetuarse en el.
Es evidente, sin duda alguna, que el cambio verdadero solo puede emanar de abajo y a la izquierda, de los sectores populares y marginados de la sociedad, de la lumpen proletaria; de los sin voz; de los sin derechos; de los sin tierra; de los del sótano; de los indignados que buscan dignidad. Solo ellos pueden lograr el verdadero cambio social, un cambio de fondo como lo han demostrado los zapatistas, y no un cambio discursivo y sensacionalista como lo muestran los partidos y políticos.
"Es la dignidad lo que hace inconformes, rebeldes y soñadores a los hombres y mujeres ordinarios que hoy están... [Luchando], al margen y más allá de líderes, ideologías o partidos". (Gustavo Esteva, la jornada 16/04/12) Es la razón y decencia lo que impulsan la lucha antisistémica, es la dignidad humana la que guía a combatir contra el neoliberalismo y es la lucha por la libertad la que lleva a dar la vida.
Por eso, hoy hombres y mujeres con la dignidad rebelde se encuentra luchando por cambiar este mundo infausto que ha legado el capitalismo, mujeres y hombres que han dado la vida por transformar el mundo. Empero, parte de la sociedad coetánea aun se resiste al cambio, el capitalismo ha permeado en los lugares más recónditos de la sociedad, haciendo que está se resista dejar el estado de confort en el que se encuentra, el capitalismo ofusca, anestesia y adormece la conciencia por medio de los sueños y quimeras que vende. Parte de la sociedad hoy día espera que le otorguen la libertad, se niega a luchar por ella; la libertad no se otorga, se construye, y mientras el pueblo no luche por ella los mismos seguirán gobernando, los mismos se seguirán enriqueciendo y los mismos seguirán en la miseria.
Con lo anterior no ínsito al voto nulo, sino a que abran los ojos, al no esperar un cambio que tal vez nunca llegue; el cambio está en mí, en ti, en el, en nosotros, en ustedes y en ellos, el verdadero cambio está en la sociedad civil, en las personas que no buscan enriquecerse a costillas de otros, en las personas que buscan un México y un mundo mejor para ellos y sus familias, el cambio es de abajo y a la izquierda.
No somos de izquierda ni de derecha, somos de abajo y vamos por los de arriba...
FUENTE: ADN SURESTE

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