10.1.14

¿Paramilitares o autodefensas? algunas dudas

El pasado sábado, cayó la avioneta donde viajaba el líder del movimiento de autodefensas y guardias comunitarias de Michoacán, José Manuel Mireles, quien fue trasladado a un hospital del Df resguardado por un operativo militar. Dicen, venía de Guadalajara, de una “reunión privada” para “resolver el conflicto armado”. Que fue un accidente, ha sido la versión oficial difundida. Que fueron los caballeros templarios, ha sido otra versión de quienes sospechan. A partir del accidente, revela Osorio Chong, titular de la secretaria de gobernación (sic), los diálogos para que el movimiento de autodefensas entre a la “legalidad” se aceleraron. Mientras tanto, el gendarme de la dictadura, Mondragón y Kalb, aseguraba la protección de la policía federal a Mireles. El gobierno coincide que es necesario proteger a quien los ha ayudado tanto combatiendo al cártel de los caballeros templarios.
 Hasta hoy, la estrategia político-militar de las autodefensas, al contrario de lo que su nombre indica, que es la defensa propia, defenderse a sí mismx, ha sido el avance para el control de territorio, “autodefender” a otras comunidades, con el fin de “cerrar al pinza” para apoderarse del principal bastión de los caballeros templarios, Apatzingán. La Ruana, Buenavista Tomatlán y Tepalcatepec, municipios de Tierra Caliente, colindantes con Jalisco, importantes zonas agrícolas y ganaderas, son los principales bastiones del movimiento de autodefensas, partir de los cuales se ha extendido a Coalcomán, Chinicuila, Aguililla, Aquila y Tancítaro, los siguientes objetivos político-militares son Arteaga, Tumbiscatío, Coahuayana, Múgica, Parácuaro y Uruapan, bastiones de los caballeros templarios, para así cercar Apatzingán, y derrotar a su principal enemigo, el principal cártel que opera en michoacán.
 Michoacán es una región estratégica para el estado-capital, tanto en sus empresas legales como ilegales. Cuenta con el puerto de Lázaro Cárdenas, desde donde entran y salen drogas y precursores químicos, grandes campos de cultivo de mariguana, además de ser el principal estado para los “narco-laboratorios”, por lo que se ha convertido desde hace años en campo de batalla por el control de esta gran cantidad de capital y mercancías. Zetas, Templarios, La Familia, Sinaloa, Beltrán-Leyba, Cártel Jalisco Nueva Generación, son algunos de los principales cárteles que disputan el territorio de Michoacan. Además, históricamente, ha sido un estado cuna de la guerrilla socialista y revolucionaria, y en la actualidad, también de la autonomía indígena de la zona purepecha, sobre todo después del alzamiento de la comuna de Cherán en 2011. Sin mencionar la ocupación policiaca-militar del territorio para la contrainsurgencia implementada a través de la Policía Federal, la Sedena y la marina armada. Son todos estos grupos, actores y movimientos armados los que hay que tomar en cuenta cuando se habla de la crisis en Michoacán.
 Alguien a quien no acostumbran preguntar, el PDPR-EPR, una guerrilla marxista-leninista (con la cual no coincido en su estrategia y política), publica en su periódico “El insurgente” número 152 (que puedes consultar aquí:http://cedema.org/ver.php?id=6000), al respecto de los grupos de autodefensa y guardias comunitarias: “Son grupos organizados y estructurados bajo la lógica del paramilitarismo ramplón del siglo XXI, tienen patente de Estado y los hilos con que se mueven son manejados desde las distintas zonas militares que hay en estas regiones y zonas; son grupos de mercenarios que han sido adiestrados con forme a los manuales de contrainsurgencia elaborados por los patrocinadores internacionales del terrorismo paramilitar contrainsurgente, es decir, por el imperialismo estadounidense (...) Estos paramilitares están siendo utilizados para avasallar aún más al pueblo, para imponer y justificar la militarización, para imponer el terrorismo de Estado, para auspiciar los desplazamientos forzados, para acelerar el nuevo proceso de acumulación originariaque se está desarrollando en todo el país (...) Lo único cierto y verdadero es lo que algunos de “sus líderes” han declarado cínicamente “que hacen el trabajo que el gobierno no hace o no está dispuesto a hacer”,es decir, que le hacen el trabajo sucio al Estado y a sus amos, porque deben saber que detrás de estos grupos hay intereses económicos oligárquicos que tienen que ver con la apropiación de los recursos minerales, de hidrocarburos, energéticos y demás recursos naturales que se están ofertando a través de las reformas neoliberales y que por estas zonas y regiones del país abundan.”
 Una vez, asistí a una conferencia en la UNAM, en el auditorio Ho-Chi-Min de la facultad de Economía, donde se presentó la Guardia Comunitaria de Aquila. Ahí hablaron diciendo que la Policía Federal era el gobierno bueno que los apoyaba, y que buscaban la presencia de esta corporación. Dijeron, recuerdo, que deberían de mandar tantos policías como los que mandaban contra la CNTE. En la sesión de preguntas, les pregunté si sabían que la Policía Federal era una fuerza represiva de los ricos y poderosos para imponer la contrainsurgencia y dominar a los pueblos, y también les pregunté de qué manera podíamos nosotrxs apoyarlos. Me respondieron que no, que la policía federal era buena y que la apoyaban, y que la forma en la que podíamos apoyarlos era pidiéndole al gobierno federal la ocupación de la zona con su policía.
 Tanto el cártel de los cabelleros templarios, como el cártel jalisco nueva generación (CJNG), en documentos, vídeos y comunicados públicos, reconocen estar en una disputa militar por el control del territorio en la zona de Tierra Caliente. En el estado de Guerrero, un grupo del CJNG, llamado los guerreros, ha asegurado seguir los ideales de Lucio Cabañas y buscar defender al pueblo del gran mal... no el estado-capital, sino los caballeros templarios. En vídeos, la tuta, dirigente de los caballeros templarios, aparece junto a cuadros del Che Guevara, y asegura estar de lado del pueblo. Ambos grupos se acusan de auspiciar grupos de autodefensa. Unos en Apatzingan, otros en La Ruana, Tepalcatepec y Tierra Caliente.
 A los pueblos de abajo siempre nos llevan entre las patas cuando no logramos consolidar nuestras propias iniciativas y organizaciones autónomas, pues, como lo demuestra la historia, los de arriba hacen como que se pelean pero somos lxs de abajo quienes ponemos lxs cuerpos y la sangre. Entre las batallas entre cárteles que dicen representar al pueblo, los pueblos, invariablemente siempre pierden, como en las supuestas peleas entre distintos partidos políticos burgueses como entre el PAN y el PRD, o el PRI y Morena, o entre supuestas disputas entre facciones de la burguesía, como entre Slim y Azcárraga. Yo no sé cuál es la verdad, no digo que estas palabras sean verdaderas, son más bien para hacer dudar y desconfiar de caudillos y movimientos espectaculares que en las últimas fechas han aparecido como salvadores del pueblo, sobre todo por la promoción de los medios, cuyas imágenes han sido aprovechadas sobre todo por sectores reformistas y oportunistas para querer oponer un “movimiento armado bueno” contra los movimientos armados malos como el EZLN, una “autodefensa buena”, contra la autodefensa “mala” de lxs jóvenes libertarixs vestidxs de negro en las ciudades del país.
 Los cárteles en su conjunto, tienen una retórica popular, en sus corridos, declaraciones y comunicados, buscan mediatizar el odio y la desesperación de los pueblos que han sufrido el desprecio, la represión, la explotación y el despojo, sobre todo a partir de esta guerra de contrainsurgencia preventiva disfrazada de guerra contra el narco, sin embargo, esto no puede evitar que veamos que los cárteles en su conjunto son organizaciones paramilitares creadas desde el estado-capital y el imperialismo gringo para enfrentar a los pueblos entre sí, para imponer el terror y hacer grandes negocios con la muerte de la tierra y la humanidad. Los cárteles son nuestros enemigos, sin duda, pero no son la totalidad del problema, solo una de sus partes, no lo podemos ignorar. La maquina del estado-capital debe ser destruida de raíz, la megatecnología, la megaindustria, el patriarcado, la discriminación, la dominación de la madre tierra, los animales y las plantas, el desprecio al conocimiento ancestral por subodinarlo a la ciencia occidental... ese es nuestro enemigo, la civilización muerta de la muerte. No podemos pretender la libertad sin ver con claridad. Engañándonos no conseguiremos llegar a ningún lado.
Lucio Rivera

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