15.6.19

Fingiendo que no pasó nada, Oaxaca 2006.

Fotografía: Producción Warache Radio

En el 2006 se generó una coyuntura de crisis política del Estado mexicano, pero en específico para el estado de Oaxaca. Esto conllevó a una experiencia de lucha, algunos han enunciado: movimientos de movimientos, el movimiento del siglo XXI, creo que estamos más lejos de eso, pero se construyó y se dejo ver los problemas de acuerdo.
Todo inició con protestas de profesores aglutinados en el SNTE 22 y la CNTE, como todos los años se esperaban en el 2006 más movilizaciones, el 14 de junio aparte de represión da inició a la organización de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Ulises Ruiz Ortiz el famoso URO, tiene un respaldo bastante fuerte, goza de plena impunidad que en la actualidad lucha por la dirigencia política de su partido (un partido que no es de derecha y muy lejos de la izquierda, es un partido posiblemente más cercano al clientelismo y la ambición no de poder, sino de dinero.) y anda por ahí como si no hubiese pasado nada. Lleva en sus espaldas la muerte y la corrupción.
Con la APPO se dejaron ver muchos procesos, tanto diferencias políticas a través del disenso, pero también el caudillismo protagónico, un movimiento que no tuvo dirigentes reales de manera interna, pero sí construidos de manera externa. Ejemplo de ello: Flavio Sosa (Comuna Oaxaca) que cada vez deja ver sus intereses (claro intereses de lucha), Florentino López (FPR) que llevó al crecimiento de su organización a través del clienterismo, Enrique Rueda Pacheco (líder seccional) que se vendió a medio proceso, entre muchxs más.
En el 2006 se siguió, como hasta ahora, el proceso clientelista y captación de personajes, por ello muchas organizaciones tienen vida, entre ellas las ya mencionadas, pero además: FALP, CODEP, Frente Magonista, etc. Muchos de ellos a partir del 2006 obtuvieron concesiones de taxis en las regiones, beneficios a través de productos para el campo, obtención de terrenos para vivienda, etc.
El 2006 marcó descaradamente el inició de una etapa clientelista abierta, que hasta la fecha el Estado no se tienta en exponer las cifras y organizaciones que dependen de ello, es lucrativo tener una forma así, pareciera ser que es una forma de vida, se transmitieron a otras expresiones de lucha.
Sin embargo, el 2006 como expresión de lucha y organización se construyó ahí en las barricadas, en las megamarchas, en detenerse a conocer al otro, a la otra. El de compartir, no dinero, sino café, palabras, convivencias cotidianas, que dieron forma no a una resistencia tradicional, esas personas que después de trece años siguen escondidas en la cotidianidad, que recuerdan cómo llegaron a participar.
Que cuentan, la necesidad de asistir a una marcha, de poner la barricada en la colonia, no solamente para detener a la muerte expresa en el paramilitarismo, fue para consagrar el reconocimiento de ellxs mismxs pero también al otro, (Recordemos que las relaciones cara a cara en la ciudad se pierden, pueden pasar años y nunca conocer al vecino o vecina)ahí se reestructura la significación de la lucha, una lucha clasista, pero también, por la dignidad de otro mundo muy otro, la sobrevivencia es ya una forma de resistencia.
La caída del tirano no se dio, por eso la lucha sigue pendiente, pero se debe comprender que URO es solamente una expresión de una clase política que tiene vida, que no tiene el "descaro" en su diccionario, como muchas otras palabras. Eso nos enseña que la lucha seguirá pendiente no solamente con él, con muchxs otrxs.
Después de trece años, no se puede fingir que no pasó nada, fingiendo que el rostro del clientelismo no se encuentra, que la captación no se dio, que salir a gritar y marchar borrará el protagonismo caudillista. No se puede fingir que no pasó el reconocimiento propio del pueblo en los espacios múltiples: marchas, barricadas, plantones, organizaciones vecinales, etc. Y no se puede fingir que no pasa nada, la herida sigue abierta, porque tiene siglos así, llegará el momento que la cerraremos y ahí la lucha pendiente se cerrará.
Kresta Ríe

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