Amigos solidarios de los medios de comunicación, de las organizaciones sociales, estudiantiles y de derechos humanos que nos han acompañado durante estos siete años y medio.
La herramienta más poderosa que hemos descubierto para lograr la libertad de todos los presos detenidos el 13 de agosto de 2001 es la SOLIDARIDAD.
Solidaridad polifacética que poco a poco nos permitió ir derribando el muro de mentiras que construía el Estado mexicano para mantener en prisión a los hermanos Cerezo y Pablo Alvarado, solidaridad multiplicada mil veces que impidió que el Estado mexicano llevara a cabo alguna de sus varias amenazas de muerte en nuestra contra; cartas, correos electrónicos, desplegados, marchas, plantones, mítines, huelgas de hambre, en las cuales siempre nos acompañaron, algunas veces físicamente, muchas otras en la medida de sus posibilidades.
Solidaridad, que organizaciones sociales y estudiantiles de diferentes y a veces contrapuestos puntos de vista, que organizaciones de derechos humanos, personas, periodistas, fotógrafos y camarógrafos solidarios, permitieran algo que parecía imposible, la UNIDAD, esa que no se decreta, sino que se va construyendo con pequeños y grandes esfuerzos individuales y colectivos.
Solidaridad y unidad ante un hecho concreto, la libertad de los hermanos Héctor y Antonio Cerezo.
Nuestra organización de derechos humanos Comité Cerezo México no sería tal sin la solidaridad que todos ustedes nos han prodigado de manera incondicional, gracias a todos ustedes hoy logramos cumplir el objetivo que nos dio origen, la libertad de todos los detenidos del 13 de agosto de 2001.
Sin embargo, en todo este tiempo hemos aprendido que no somos los únicos que buscan la libertad de sus amigos, de sus compañeros, de sus familiares, que hay cientos de familias que sufren la injusticia de ver a sus seres queridos privados ilegal e injustamente, y nuevos objetivos alimentan nuestro andar; la denuncia de las violaciones a los derechos humanos de todos aquellos presos por motivos políticos, la detención arbitraria, la tortura, el encarcelamiento en penales de exterminio; el acompañamiento a los familiares de presos por motivos políticos; talleres de derechos humanos, de seguridad para los defensores de los derechos humanos hoy cada vez más criminalizados como delincuentes, de documentación de violaciones a los derechos humanos, de apoyo psicológico para organizaciones y familiares, entre otras herramientas que ustedes nos han trasmitido de manera solidaria.
No nos resta más que agradecerles a todos ustedes la solidaridad que siempre nos han brindado, que nos ha alimentado y que nos ha cubierto de un manto protector ante las amenazas de muerte del Estado mexicano en nuestra contra, nuestra organización de derechos humanos Comité Cerezo México sigue, fortalecida por sus pequeños triunfos y al servicio solidario de todos ustedes.
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