En este momento hay mucha gente enojada,
hay un sentimiento de que su vida diaria ha sido robada, que han
normalizado formas de vida que no son propias para una sociedad.
Preocupado por resolver los problemas más inmediatos, al oaxaqueño
promedio se le facilita culpar a quien no lo deja llegar al trabajo,
aunque odie su labor y le paguen una miseria. A él y a ella les preocupa
llevar el pan a la casa y a los niños a la escuela, pero a diario un
grupo de revoltosos se les interpone en su camino. Poco les preocupa la
reforma laboral, la imposición peñanietista o la guerra contra el
narcotráfico, menos el despojo de tierras en San Dionisio del Mar y en
la selva de los Chimapalas, los cuales son conflictos de su propio
estado.
En medio de la tempestad surgen los
tiburones, los que van a canalizar ese enojo a conveniencia de sus
intereses, los medios ejercen el linchamiento mediático solo contra unos
grupos, esperando, consciente o inconscientemente, que han alguien los
linche físicamente. Defienden solo la lucha de los pueblos que a sus
intereses conviene.
Esta semana, los medios oaxaqueños
fabricaron una percepción, vanagloriaron al pueblo de Mitla por su
agresión a los profesores de la Sección XXII, describieron sus actos
como el ejemplo perfecto de organización popular que se revela contra
sus opresores. Esos mismos medios satanizaron la lucha de los comuneros
de San Dionisio del Mar, los cuales se siguen organizando para evitar el
despojo de sus tierras a manos de empresas transnacionales, sin
embargo, ante los medios, son solo una bola de revoltosos que no permite
el progreso en Oaxaca, son campesinos manipulados por agitadores
profesionales. Entonces ¿Solo la lucha de Mitla es legítima?
Personalmente estoy en contra de los
bloqueos efectuados por los profesores de Oaxaca para paralizar el
estado, sin embargo, nada justifica que se fomente el odio entorno a
ellos y ellas. Hay algo que es cierto, urge renovar las formas de lucha
del gremio magisterial para que estas no afecten a la ciudadanía, pero
también es cierto, que los problemas del estado tienen un origen más a
fondo, en las políticas de estado, en las concepciones cerradas y
manipuladas que ofrecen los medios de comunicación, en la idiosincrasia
de la ciudadanía que solo quiere “vivir en paz” sin preocuparse por el
otro o la otra.
Alguien está manipulando el enojo y va a
terminar consiguiendo lo que quiere: que le pueblo se enfrente
violentamente con otros, que también son pueblo.
Alucinando: En medio del caos el
pulpo camionero también quiere dar su golpe, subir el pasaje a ocho
pesos. ¿Estos empresarios tampoco son responsables de la actual
situación en Oaxaca?
@elrevu
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