“Una expresión
como el “chinga tu madre”
Que a
muchos ofende puede tener
Raíces
muy profundas
Yo solo puedo aventurar una hipotesis:
Somos un desmadre”
Sup Tupa
Por: *Sup Tupa
“Desde el hondo crisol de la
patria / ya se anuncia el clamor popular / ya se anuncia la nueva alborada /
Todo el pueblo…” y así comenzó un día cualquiera en la vida de este escribano
de crónicas pachecas, cuentos cortos y opiniones erradas, entonando el Himno
Venceremos, cual buen revolucionario de escritorio y como si fuera receta para
panquecitos verdes, seguía los pasos dictados por la costumbre, ir a la baño,
lavarme la boca y encender la radio para escuchar a la periodista más objetiva que es idolatrada por esa
izquierda descafeinada de la cual no quiero acordarme pero cuyo nombre es, María
del Carmen Aristegui Flores, – por si la confunden con otra descafeinada – y al
ritmo de la protesta, del dormitorio a la sala, el día pintaba como uno más al
cual tendríamos que sobrevivir.
En tanto que en la
ciudad de México los maestros se
avientan un trompo con los pefepos escudados en argumentos que dicen ser
políticos, en Egipto los chingadazos también son noticia, unos holligans en Polonia
se revientan un tiro con Marinos mexicanos que emulaban a Peter la Anguila y
mientras esto ocurría en el mundo, mi vecino con estruendoso portazo me aleja
de mis meditaciones filosóficas, cuando azota la puerta de la casa contigua y
le grita a su mujer: “pues entonces Chinga tu madre”.
De vuelta a la realidad de
este pedazo de terreno mexicano, solo atino a asomarme en la ventana por una
pequeña rendija y escudado con la cortina [me recuerdo como la vecina chismosa
que le interesa saber del grotesco espectáculo para poder después dar detalles en
los lavaderos de la vecindad] me sentí apenado por mi morbosidad chismorresca
pero seguía pegado a la ventana, con los ojos bien atentos para no perder
detalle, el vecino sube a su auto y lo arranca, me quedo sin respirar en busca
de detalles, a lado no se oye nada, me acerco con más atención y escucho
algunos sollozos “snif, snif, snif” para mejor documentación del caso voy y le
bajo el volumen a la radio.
Antes de tomar una decisión
de lo acontecido, me siento a la orilla de la cama y medito con actitud de gran
pensador “Chinga tu madre”, y me viene a la mente los espectáculos que han
brindado las fábricas del entretenimiento y la estupidez que volvieron el Chinga tu madre en una frase por
excelencia que identifica a los latinos en especial a los mexicanos decimos
"chinga tu madre" porque es una forma de recordarnos aquella tragedia
que aconteció cuando los españoles llegaron al imperio azteca pues ellos
violaron y hasta mataron a las mujeres indígenas entonces la "chingada de la
historia fue la mujer" y de esa violación nacional nacimos los mestizos.
Pero el epíteto del vecino
me traslado a ese insano gusto de flagelarnos con frases como estas que no solo
contienen el desagrado del insulto si no que nos proporcionan las condiciones
de un falso divertimento. Y en esas sesudas explicaciones me encontraba que de
nuevo pensé en ir a la casa de a lado a pedir me obsequie una tacita de azúcar –
no tenía otra excusa menos ñoña pero quería saber si todo estaba bien – pero preferí
esperar, no sea que se desquite conmigo y me mande a Chingar a mi madre.
Con ese tumbao que tenemos
los guapos ala caminar, el espíritu de profeta y el alma ensanchada por todas
las ocasiones en que puedo pronosticar los desenlaces de este tipo, me dedique
a elaborar argumentos de lo acontecido, para lo cual concluí: Una expresión como
el “chinga tu madre” que a muchos ofende puede tener raíces muy profundas, yo
solo puedo aventurar una hipótesis: Somos un desmadre.
Mientras sacudo las
sábanas de esta avejentada cama que sirve como cubículo de sueños y pesadillas,
me había olvidado de que la Aristegui, seguía clamando por mi atención con su
voz sensual que en más de una ocasión ocasiono sueños húmedos (no en mí) en
algunos otros bien pensadores de la revolución florida, recordé que en algunos
programas de TV de paga exclamaban a su audiencia “Chinga tu madre” o que los mismos
usuarios llamaban para pedir que les mentasen su madre… ¡¡¡NO PINCHES MAMES!!! Gastar
tu dinero y tiempo para que te mienten la madre, habérmelo dicho yo lo puedo
hacer gratis.
Los sollozos de la vecina
han cesado, me siento tranquilo… ¡¡¡EN LA MADRE!!! ¿Y SÍ SE SUICIDÓ?; Intento
tranquilizarme “nadie se suicida por una mentada de madre”; comienzo reconstruir
escenarios de lo que sucedió en la casa vecina como para que hayan empezado mal
el día, los vecinos conviven poco con la banda de la calle, no sabemos nada de
ellos, se la pasan encerrados cuando están y le pochan las balones a los niños
cuando estos vuela a su patio.
Vuelve a mi mente la
estrategia de la tacita de azúcar, pero para estos momentos la vecina ya ha procesado
su desencuentro matutino, debe de haber pasado del sollozo al encabronamiento e
igual me recibe con un bate y se desquita conmigo, mejor esperemos; como buena
chismosa la vecina de a dos casas sí recurre a la vieja treta de la tacita de azúcar
pero conmigo, nada más para cerciorarse de que escuchó bien y que no se imaginó
la pelea y el insulto mañanero [pinche vieja chismosa] hago uso de la
diplomacia que me caracteriza y le argumento que yo no oí nada que desde
temprano lo único que hago es escuchar noticias con mi periodista favorita
[awueeeboooo decir que escuchas a Aristegui siempre te dará estatus].
La chismosilla pretende hacerme
platica y le reitero que tengo deberes y cual si fuera testigo de Jehova
rechazado se retira no sin mirar con cierto disimulo a la casa de mi vecina; la
veo alejarse por la acera y vuelvo a mi escondite para saber de la vecina
¿estará bien?
Octavio Paz en el Laberinto
de la Soledad [página 72 de mi versión pirata] nos explica el meollo de
lo que debemos de entender con respecto a la Chingada y al “Chinga tu madre”
“Después de esta digresión sí se puede
contestar a la pregunta ¿qué es la Chingada? La Chingada es la Madre abierta,
violada o burlada por la fuerza. El ´hijo de la Chingada´ es el engendro de la
violación, del rapto o de la burla. Si se compara esta expresión con la
española, ´hijo de puta´, se advierte inmediatamente la diferencia. Para el
español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se
entrega, una prostituta; para el mexicano, en ser un fruto de una violación”.
Después de recordar a
Octavio Paz, pasa la mañana con cierta tranquilidad y en la tarde en que
regreso del trajin cotidiano, me encuentro a los vecinos tomados de la mano
rumbo a su casa, él lleva un frasco de café soluble en una mano y con la otra
sostiene la mano de su pareja, ella exhibe una sonrisa que no puedo advertir
como fingida, en realidad se observa alegre, sin broncas entran a su casa y se
escucha a todo volumen el Súper Show de los Vázquez.
Sin duda de mis más
sólidas conclusiones puedo establecer que los vecinos se seguirán queriendo como
lo han hecho hasta hoy, vivirán sus propias crónicas y yo solo podré ser el
testigo vecinal de algunas de ellas me seguiré levantado para atestiguar como
los chingadazos siguen siendo noticias y las redes sociales se vuelven un nuevo
nicho para mentarle su madre e Enrique Peña Nieto, no cabe duda somos un
desmadre.
Fin.
P.D.: ¿Sobre la vecina
chismosa? ella también tienen sus demonios, pero esa es otra historia.
* Escribano, Pachuco
Bailarín y Alumno de la Vida / Para contacto, opiniones y mentadas de madre dirigirlas
a tupaoaxaca@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario