15.8.13

La reconstitución de la CRAC-PC: voz a los fundadores

Los pueblos que orientaron nuestro camino hace más de 17 años, vieron el riesgo de que nuestro sistema de justicia fuera cooptado por el Estado o por grupos oportunistas, por eso la base siempre serán las asambleas comunitarias y la asamblea regional
 
Cirino Plácido Valerio (fundador del Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia; acompañante del Congreso Nacional Indígena desde 1996 y de la Marcha del Color de la Tierra con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 2001; fundador, excoordinador y consejero de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria y actual comisariado de Buenavista de Cuéllar, Guerrero)

Corredor Costa Chica-Montaña, Guerrero. Sus rostros muestran alegrías, recuerdos, sonrisas; se oyen las voces costeñas. La mayoría son mujeres y hombres maduros, con la piel curtida por la montaña. Afuera del auditorio sin paredes, el sol calienta con fuerza; inmensas montañas, que recién reverdecen, rodean, vigilantes, la reunión. Los asistentes a la asamblea regional son indígenas me’phaa y na’saavi, de la región Costa-Montaña de Guerrero. Es el 16 de junio de 2013 en la comunidad de Santa Cruz el Rincón, municipio de Malinaltepec, donde hace más de 17 años una asamblea, que reunió a muchos de los hoy presentes, acordó la creación de la Policía Comunitaria un 15 de octubre de 1995.
 
Las participaciones buscan rescatar la memoria. La asamblea es testimonio de la convicción de más de 20 comunidades por reconstituir su Sistema Comunitario de Seguridad y Justicia, articulado en la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC), que –dicen– les ha sido despojado por grupos oportunistas con intereses y visiones ajenas a su proyecto comunitario.
 
La tarde ha comenzado y la Asamblea Regional ha revocado ya el mandato a la Coordinadora de San Luis Acatlán y ahora procede a elegir nuevos coordinadores y comandantes regionales para la CRAC-PC de los pueblos fundadores. Con la distinción de “pueblos fundadores”, no buscan un reconocimiento a sus sacrificios; aseguran que tampoco se trata de un afán protagónico: buscan reivindicar su historia y diferenciarse de la CRAC-PC que opera en San Luis Acatlán, la cual los considera “una disidencia”.
 
Hoy, una de las luchas indígenas más emblemáticas del país, la CRAC-PC, está dividida y, a 17 años de su fundación, vive uno de los retos más duros de su largo camino. El gobierno del estado, que siempre ha buscado la desaparición o subordinación de este proyecto comunitario, hoy aprovecha la confrontación interna.
 
Los gobiernos federal y estatal utilizan la situación para militarizar e imponer su lógica de golpear-negociar para desaparecer todo proceso con margen de autonomía. El grupo que desde hace algunos años pretende dirigir a la CRAC, a decir de algunos principales y autoridades comunitarias, son personas que “llegaron de otro lugar, se apoderaron del proyecto y han utilizando la legitimidad que la institución se ha ganado para dividir a nuestros pueblos”. Actualmente, afirman, “estamos viendo muy seriamente las agresiones y amenazas contra líderes y principales de nuestras comunidades”. Las autoridades comunitarias lo tienen claro: “Estamos frente a un grupo que trae un interés muy fuerte. Corremos un gran riesgo de que nos manden a matar”, afirman.
 
7 de julio de 2013, Tlaxcalixtlahuaca, municipio de San Luis Acatlán. Nuevamente se encuentran reunidas las autoridades de más de 20 comunidades.
 
La asamblea regional vuelve a sesionar, presidida por comisarios y comisariados que acompañan a las recién nombradas autoridades regionales de la CRAC-PC de los pueblos fundadores. Los asistentes son en su mayoría hombres y mujeres adultos, pero también se encuentran varios grupos de jóvenes. Los policías comunitarios portan sus uniformes verde olivo con el estampado de la CRAC-PC, así como sus rifles de caza y las armas con las que cada comunidad los equipó para proteger al pueblo.
 
Cada grupo acompaña a su comisario, representante de la asamblea de su comunidad. Se sientan alrededor de la Asamblea como guardianes del pueblo, pero sobre todo como parte del pueblo. Atentos a la palabra, algunos incluso participan, pero tienen claro que es la asamblea regional y las autoridades comunitarias quienes han de orientar la reconstitución del Sistema Comunitario de Seguridad y Justicia, proceso que las comunidades han decidido caminar, como hace 17 años, sin importar los riesgos y los sacrificios.
 
Las nuevas autoridades regionales, coordinadores y comandantes han sido ratificados en sus comunidades, por lo que la asamblea regional les reconoce su nombramiento definitivo, que vuelve a ser por el periodo de 1 año para evitar la corrupción, como había sido desde un inicio en 1995 y hasta el periodo de Pablo Guzmán Hernández, quien lo modificó a 3 años. Para evitar cualquier confrontación con la CRAC de San Luis Acatlán y de El Paraíso, en Ayutla, los pueblos fundadores han decidido establecer su Casa de Justicia provisional en la comunidad de Santa Cruz del Rincón.
 
8 de julio de 2013. La CRAC-PC de los pueblos fundadores ha comenzado a recibir detenidos. Reorganizan el camino de la justicia comunitaria y la reeducación con las comunidades, que desde el 2 de junio habían dejado de recibir detenidos, de realizar guardias y de responder a la CRAC que opera en San Luis Acatlán: “Las graves denuncias e irregularidades cometidas [por la Coordinadora de San Luis Acatlán] han sido documentadas y expuestas en las actas de esta Asamblea de Autoridades Comunitarias de los días 19 de mayo y 2 de junio del presente” [sic], dice el Acta de Nombramiento de los Nuevos Coordinadores y Comandantes Regionales.
 
Ante la gravedad de la confrontación “interna” por amenazas, detenciones ilegales y las señales gubernamentales poco alentadoras de paz en el estado, la asamblea regional ha decidido lanzar un llamado de alerta: contra la represión y por la solidaridad al Congreso Nacional Indígena, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y a la Red Nacional contra la Represión y por la Solidaridad, a través del cual denuncian una campaña mediática en la que la propia CRAC, que opera en San Luis Acatlán, ha señalado injustamente a las comunidades y a luchadores sociales de la región, como Cirino Plácido Valerio, comisariado ejidal de Buena Vista, y Apolonio Cruz Rosas, comisariado de Bienes Comunales de Santa Cruz del Rincón, de ser traidores, paramilitares, pistoleros, agentes del gobierno, agentes de empresas mineras, sin pruebas ni argumentos. El texto señala que “reiteradamente se ha utilizado la frase derramamiento de sangre, lo cual es absurdo, porque nuestros pueblos siempre han sabido caminar con la palabra”.
 

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