17.9.13

“La Revolución sí será retuiteada” (Crónica Pacheca)

“Tengo la certeza que ustedes no crecerán con la estúpida idea de que ser mexicano es pintarte la cara de colores e ir a estadio, o celebrar el triunfo de un equipo mediocre que se dice nacional o llenarse de alcohol y gritar viva México”

Por: Sup Tupa

Los primeros encontrones la semana pasada con la Policía Federal en el zócalo de la ciudad de México anunciaban no solo una noticia que a muchos alegraría, los canales de comunicación estaban saturados de mensajes, llamadas y acciones urgentes desde sus controles digitales se apuraban a dar click en “Me gusta”, “compartir” o “re-tuiwt” y la acción en las calles seguía proporcionado miles de historias yo me quedo con tres de ellas que a continuación relataré en breve:

PRIMERA PIEZA:
(No gusta)

Cuando la policía se abalanzó sobre la banda, mucha (principalmente maestras que seguían desalojando el plantón)  gente vio una salvación en la entrada de la estación del Tren subterráneo (para los chilangos conocido genéricamente como Metro) a unos cuantos metros de ingresar los mismos usuarios que ahí expectantes veía la persecución, les cerraron la reja de acceso y aún que podían abrir no lo hicieron, maestros y transeúntes que no tenían nada que ver con el espectáculo asombrados pendían dejarlos entrar.

A lo lejos se oye el grito del que sospecho era un profesor que al ver el miedo y ese individualismo de los que parados en las rejas de la entrada impedían el acceso les espeta: “Cabrones… ¿se van a estar escondiendo toda la vida?” y el gas pimienta se percibía más denso.

SEGUNDA PIEZA:
(Si gusta)

En pleno Eje Central, los encuentros con la Policía Federal habían disminuido y el grupo de granaderos de modo lento avanzaba para impedir que los maestros se reorganizasen, en una acción no prevista un camión de granaderos que provenían de una calle transversal a esta avenida con una velocidad excesiva para intimidar a propios y extraños, con el sonido sumamente exaltante del calxón, anuncia su llegada… no disminuye la velocidad.

Un joven de aproximadamente 20 años, vestido con mezclilla azul y una franela del mismo color, mochila a la espalda, delgado con un gorra cuya visera le cubría del poco sol que asomaba en esa tarde de persecución, se coloca en medio de la boca calle, su piernas se abren en compas y extiende los brazos, no piensa quitarse y el camión no se detienen… el claxon sigue berreando su paso.

A una distancia considerable y por lo menos dos centenares de personas, transeúntes y manifestantes, observamos la valiente (o imprudente decisión)… solo oigo el rechinar de las llantas de un frenon inesperado y se detiene como a un metro del joven… en ese momento bajan mujeres policías y lo intentan detener entonces sí... a correr.

TERCERA PIEZA:
(Compartir y retuitear)

En estas mismas redes un escrito que circula nos dice con toda claridad que no todo está jodido que algo tendrá que suceder y mientras seguimos acumulando piezas de este enorme rompecabezas social, los medios oficiales han dejado entrever que la Revolución no será Televisada, pero yo creo que sí será retuiteada:   

“A mis hijos…

Queridos niños míos; cuando tengan el entendimiento de aceptar estas mis letras, posiblemente ya no esté en casa con ustedes y con tristeza profunda lamentaré no estar en los primeros pasitos y balbuceos de mi bebé, tampoco estaré en tu graduación de la secundaria o en los quince años de su hermana, al redactar esto con mucha dificultad deseo comunicarles que he tomado una de las decisiones más grandes que nos incumben a todos.

Toda mi vida he caminado con temor de no ser incómodo y gris,  pero el tiempo y el diario acontecer me ha ido provocando un reflexión la cual ha sido pensada por mucho tiempo y obedece a una invitación.

Les quiero platicar que cuando leí y conocí la noticia de la muerte de los cuarenta y nueve niños en la Guardería ABC allá en el estado de Sonora, lloré a solas y agradecí que ninguno de esos niños fuesen ustedes, pero no podía quitarme de la cabeza el inmenso dolor de los padres de ese horror que significa perder a un hijo y que después la inmensa rabia de saber que fueron los hilos del poder y la avaricia política lo que provocaron esa tragedia que a la distancia, aún me duele.

Mis niños, me sigo estremeciendo después de leer las decenas de historias de terror de lo que pudieron sufrir la niñas de ciudad Juárez en manos de una sociedad enferma que las arranco sus muñecas y fueron manoseadas hasta la muerte por una sociedad que fue educada por la televisión, me estremece pensar el diario despertar y no saber dónde está tu niña… cierro los ojos y no me quiero enterar que puede estar mutilada en el desierto y la burocracia de la justicia sigan embelesada viendo el Fut bool, cuidando los intereses de los ricos.

Ay mis niños… no entiendo aún como es que llegamos a este punto en que la sociedad sigue creyendo en el llamado estado de bienestar social, donde todos los días es un diario sobrevivir pero no apagan la televisión, esa droga electrónica que… mierda les vende y mierda compran.

Cuando ustedes lean estas líneas tal vez hayan pasado algunos años y podrán criticarme por mi ausencia, pero la última vez que estuve en casa por medio de los canales de comunicación libre, fui testigo de la barbarie y volví a llorar por que no quiero un mundo así para ustedes, no deseo que sean daños colaterales, que no estén el lugar equivocado y que la rancia realeza que desgobierna este nuestro país los acuse después de su ineptitud que ustedes eran delincuentes.

Me voy con la certeza de que su madre cumplirá con el papel que hemos acordado.

Si ustedes se enteran ya de estas líneas posiblemente este preso o muerto, pero de nada de lo que se me acuse será  verdad más que está que les diré: he aceptado tomar las herramientas de la revolución, con el miedo a cuestas y el fusil en brazos, he decidido formar parte de la historia como un rebelde o revoltoso, NO como un cobarde que no apagó su televisión y nunca tuvo decisión.

Tengo la certeza que ustedes no crecerán con la estúpida idea de que ser mexicano es pintarte la cara de colores e ir a estadio, o celebrar el triunfo de un equipo mediocre que se dice nacional, o llenarse de alcohol y gritar viva México;  algo en este país está mal y quienes se retacan la boca de sus razonamientos dirán que la vía armada no es el camino y llenos de gozo se volverán a aplastar frente al televisor.

Amados hijos, cuando les pregunten en las calles, en sus escuelas con sus amistades por su padre, sé que tendrán una respuesta de la cual tal vez dudarán, hoy a la distancia y con el tiempo le doy otra contestación posible “mi papá es parte de un proyecto en el cual se diseña un mundo mejor para todos”.

Les recuerdo la única lección útil que les servirá para el resto de su vida “si alguno de ustedes cae, que la mano más próxima para ayudar a levantarse sea la suya”.

Desde ahora y por esta vía les ama Papá”


--------------------------
Para fortuna de todos, esta historia continuará…

No hay comentarios.: