Últimamente he discutido de la relación que existe entre
cultura, defensa del territorio y autonomía. Dentro de las Ciencias Sociales
estos aspectos se ven de manera aislada o se analizan de manera independiente,
que no forman partes variables dependientes-independientes. En ese sentido las
discusiones que he entablado con compañerxs han arrojado cierto vacío al no
querer reconocer el sentido importante de la “autonomía”, como eje articulador
para la reproducción de la cultura y la defensa.
23 días después del aniversario de lxs zapatistas (EZLN), la
resonancia ha disminuido, los demandantes artículos para la ocasión
disminuyeron, así que me dispuse a discutir de la marginalidad de lxs
intelectuales (para ocasiones) y al nombrar eso, la discusión quedo rebasada en
instantes. Nombrar al EZLN como una experiencia de “autonomía” (si fueses más
cercanos a nuestro contexto oaxaqueño, me hubiese referido a la “autonomía de
Copala”, pero esa no es autonomía y esa es otra historia que nombrare abajito)
que se empezó a generar en una organización única en su contexto.
Las diferencias organizativas de las comunidades zapatistas
de “los Altos”, con las comunidades de “la selva” y las comunidades del “Norte”
tienen variaciones importantes políticas, eso tiene mucho que ver con la
cultura su forma: simbólica, étnica, lingüística, territorial y religiosa. Todo eso forman una comunidad de contextos
diferentes, en algunos casos son desmotivaciones internas, donde el apoyo
nacional e internacional que se recibe en el EZLN se acumulan a las comunidades
cercanas o de fácil acceso territorial, como el caso del Caracol de Oventik,
hay un desarrollo material a diferenciar con otros caracoles. (Y con la
cercanía del municipio autónomo de Sacamch’en de los Pobres a San Cristobal de
las Casas, motiva la existencia de un constante “turismo revolucionario” o en
su caso “turismo zapatista”, así se le conoce en la zona).
Sólo es una parte de los procesos diferenciadores de la
autonomía zapatista, que mucho tiene relación con la política. En ese sentido
la cultura (fundamental para la vivencia y convivencia del entorno es
fundamental para la reproducción de la solidaridad entre las redes comunitarias
de los caracoles) y la concepción del mundo varían de acuerdo a sus condiciones
propias, en ese sentido, un dominio occidental difícil de desvanecer es el
proceso religioso que “culturalmente” existe. La mayoría de las comunidades son
católicas, en su caso de la Zona norte y la selva en los últimos años se ha
visto el cambio religioso a “cristianos” y “evangelistas” que empiezan a formar
parte del EZLN porque han sido expulsados de comunidades donde no lxs aceptan,
con lxs zapatistas han encontrado la aceptación.
Todas estas formas hacen que en las comunidades
evangelistas-cristianas respeten la ley interna zapatista de “no ingerir
bebidas embriagantes” “no ingerir drogas”, a su vez hay un orden social
respetado por la condición cultural, que finge como apoyo o motor para la JBG.
En su caso de las comunidades de “los Altos” hay una clandestinidad (en algunos
casos) de ingerir bebidas embriagantes que las JBG no ha podido parar y hay en
sus momentos pequeñas grietas a la falta de autonomía. En ese sentido la
autonomía adquiere relevancia, en cada contexto se da de manera diferente las
formas de gobierno, es pues que deseamos expresar es la autonomía da solución a
cosas diferentes en condiciones locales y que la cultura en su caso tiene mucho
envolvimiento para las soluciones locales que demanda.
Todos esos problemas que se enfrentan las JBG y las
diferentes soluciones que le dan, generan condiciones para defensa del
territorio de manera diferente. Por ejemplo a tratar de regular la entrada de
transportes a los caracoles y la comercialización de productos. La entrada de
productos chatarra (coka-kola, pecsi, sabrotas, cerveza, aguardiente, etc.)
trata de regularizar y como objetivo prolongado eliminarlos totalmente de las comunidades
zapatistas. Esto que tiene relación con la defensa del territorio, en el
sentido de no entrada a productos internacionales de empresas trasnacionales,
sino la comercialización endógena, para la circulación de monedas propias. La
defensa del territorio no se da solamente en la rama de empresas mineras, eólicas,
energía, etc. Sino de productos chatarra que de manera disfrazada entran
en cualquier comunidad.
Porque no referirnos a movimientos más locales a nuestro contexto:
1. En vías de desarrollo (muy nuevas) 2.
Las que existen son insuficientes y 3. Otras son mal nombradas. La resistencia
en Oaxaca por la defensa del territorio como el caso de las empresas eólicas en
el Istmo de Tehuantepec no han logrado consolidar los ejes articuladores para
generar autonomías locales como forma de gobierno, y las que están “Álvaro Obregón”,
“San Mateo del Mar” generando las condiciones para hacer autogobierno, sin
construir redes económicas y sociales regionales. En su caso “Paso de la Reyna” con la lucha al
proyecto eléctrico de la presa, las comunidades difícilmente se han topado con
barreras políticas para poder generar el autogobierno. Y así muchos casos que seguirán
surgiendo. ¿Por qué no referirnos a Copala? Porque nunca existía tal autonomía,
el proceso que se vio a principios del 2007 en la región generó muchas dudas en
torno a su condición, una relación de poder y dominio del territorio entre “Multis,
Multi-is, Ubisores” que a su vez cada uno perdía masas para poder movilizar.
En el 2007 tuve la oportunidad de visitar el municipio autónomo
de Copala se pudo identificar a ex integrantes del Multi, del Mult y de la
Ubisort, casi todos en uno para integrar al municipio, no existía un proyecto
de lucha “antisistema” no contaba con un proyecto “autónomo anticapitalista” o
antiEstado. Sino al contrario el discurso era cuasi paraestatal. (Con el tiempo
y un ganchito ganaron un discurso antiEstado-marginalista) aunque lxs lobos se
digan borregos, siempre serán lobos. (Pero como dije esa es otra historia)
Así que las tres variantes autonomía, defensa del territorio
y cultura, adquieren relación entre sí. En su caso la teoría del sistema-mundo,
además que la interpolación de antisistema adquiere relevancia a eliminar esos
paradigmas dominantes, que aunque se den críticas negativas sobre el EZLN,
forma parte de su proceso de lucha y construcción, no es un proyecto acabado y
definido para su historia, sino que se va generando conforme avanza la sociedad
actual. Eso en su caso hace que sea un movimiento en construcción antisistema
para la parte del sistema-mundo, y de nuevas formas de agrietar el sistema.
Kresta Ríe
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