26.9.24

A diez años de Ayotzinapa, breve recuento


La noche del 26 de septiembre de 2014, un grupo de 43 estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, fueron desaparecidos en la ciudad de Iguala, Guerrero en una operación conjunta ejecutada por policías municipales y estatales, a su vez apoyados por elementos militares del 27 batallón de infantería con sede en Iguala. Hasta el día de hoy, a diez años de distancia, seguimos desconociendo el destino final de los 43 estudiantes y los motivos del Estado Mexicano para ocultar la verdad sobre los acontecimientos ocurridos aquella noche.

Todo comenzó los días 15 al 20 de septiembre de 2014, cuando la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México realizó en la Escuela Normal Rural General Emiliano Zapata en Amilcingo, Morelos una asamblea nacional que contó con la participación de las 17 escuelas normales rurales en servicio en el país. A la Escuela Normal Rural Isidro Burgos se le asignó la tarea de conseguir 20 autobuses para el traslado de las delegaciones de las 17 normales rurales hacia la ciudad de México, con motivo de la participación en la marcha conmemorativa del 2 de octubre.
Para lograr obtener dichos autobuses, los estudiantes normalistas se organizarían en brigadas con el fin de abordar los vehículos, apropiarse de ellos y trasladarlos hacia la normal. Esta práctica, ilegal para muchos, se debe a consecuencia del presupuesto limitado del cual disponen las normales rurales, el cual no les es suficiente para comprar o rentar autobuses, por lo que la FECSM acostumbra apropiarse de los autobuses previa negociación con los chofere, con la condición de pagar el combustible y proporcionar a los conductores los alimentos y hospedaje, así mismo, los estudiantes se comprometen a no dañar las unidades. Para solventar los gastos, los estudiantes realizan colectas y boteos para obtener los recursos.
Al frente de las brigadas de apropiación y boteo estaba Bernardo Flores Alcaraz conocido dentro de Ayotzinapa como el Cochiloco. Los días 20 y 21 de septiembre, las brigadas habían tenido éxito, logrando el apoderamiento de 6 autobuses. Sin embargo el 23 de septiembre se produce el primer enfrentamiento entre normalistas y las fuerzas de seguridad. Al trasladarse a Chilpancingo, los estudiantes se percatan de que la policía había desplegado un operativo en la central camionera para impedir la apropiación de autobuses. Ante dicha situación, los estudiantes establecen un bloqueo sobre la carretera Chilpancingo-Iguala con el fin de cerrar el paso a los autobuses que se dirigieran a la ciudad.
Al poco tiempo de haber llegado, los estudiantes son cercados por elementos policiacos estatales y federales, produciendose un enfrentamiento a pedradas y palos. Los estudiantes, en su mayoría de segundo grado, solicitan auxilio a la normal, a lo cual arriban al lugar un contingente de estudiantes de tercer grado quienes logran romper el cerco policiaco y apropiarse en el proceso de dos autobuses. Con 8 autobuses en su poder, el día 24 los estudiantes regresan a implementar la misma estrategia, pero son repelidos por un cerco conformado por policias estatales y federales.
Ya desde este momento es posible identificar la existencia de un operativo policiaco coordinado entre las fuerzas locales y federales con el fin de vigilar los movimientos de los estudiantes e impedir a toda costa la apropiación de los autobuses.
A las 6 de la tarde del día 26, el comité de la normal ordena que los estudiantes de primer año se dirijan a bordo de dos autobuses Estrella de Oro, uno con destino a Huitzuco donde se realizarían acciones de boteo y el otro con rumbo a la caseta de Iguala para la apropiación de autobuses.
En la caseta, la brigada logra apropiarse de un autobús. De acuerdo con los sobrevivientes, una moto de color rojo y una camioneta se encontraban realizando rondines y labores abiertas de vigilancia hacia los estudiantes. Hoy se sabe que abordo de la camioneta se encontraban 5 elementos de la polícia estatal y en la motocicleta un elemento del Órgano de Búsqueda de Información, perteneciente a la inteligencia militar.
Los estudiantes acuerdan con el chofer entregar a los pasajeros en la central camionera y después acompañarlos a la normal, aceptando los estudiantes el trato. Al llegar a la central, el chofer desciende de la unidad junto con el pasaje y encierra a los estudiantes dentro del autobús. Ante esa situación, los estudiantes solicitan auxilio y sus compañeros se dirigen a la central con el objetivo de liberar a sus compañeros y apropiarse de más autobuses.
Hacia las 21:16 los estudiantes a bordo de cuatro autobuses: dos Estrella de Oro y dos Costa Line, abandonan las instalaciones de la central camionera de Iguala y se dirigen rumbo a Ayotzinapa. El sistema de C-4 ya había notificado la situación ocurrida en la central y al lugar se dirigirían elementos de la policía estatal para intervenir y el ejército mexicano para tomar conocimiento de la situación.
De los 4 autobuses solo uno toma dirección más rápida hacia la salida de Iguala, un Estrella de Oro con número de servicio 1531 que toma rumbo al Palacio de Justicia para salir al Periférico. Los otros tres autobuses se dirigen sobre la calle Galeana rumbo al centro de la ciudad.
A las 21:30 el convoy compuesto por los dos Costa Line números 2012 y 2510 y el Estrella de Oro número 1568 llega al zócalo de la ciudad, en la intersección de las calles Galeana y Bandera Nacional donde inicia la calle Juan N. Alvarez. En este punto, una patrulla de la policía estatal le corta el paso al convoy de autobuses. Cuando los estudiantes descienden para arrojar piedras al vehículo con la intención de moverlo, los policías responden disparando al aire. Los estudiantes momentáneamente repelen la agresión; los tiradores se retiran rumbo al zócalo y el conductor de la patrulla mueve el vehículo permitiendo el avance del convoy.
Mientras la caravana de autobuses avanzaba, se iban sumando más patrullas municipales, cortando el paso y realizando detonaciones al aire. Al llegar a la intersección de Juan N. Álvarez y Periférico Norte, un total de 7 patrullas cierran el paso definitivamente a los autobuses y disparan directamente en contra de las tres unidades. En el ataque participan tiradores vestidos con uniforme policiaco y sujetos vestidos de civil vestidos de ropas oscuras, encapuchados y con pasamontañas y que, de acuerdo con testigos, traían porte militar.
En el lugar Algo Gutiérrez Solano recibe un disparo en la cabeza que lo dejaría en estado vegetativo y es asesinado Daniel Solís Gallardo. Algunos estudiantes comienzan a escapar. Otros, heridos y asustados, permanecen dentro de los autobuses. Los policías obligan a los pasajeros del autobús Estrella de Oro 1568 a descender de la unidad. Son golpeados y obligados a subir a las camionetas de la policía. Un grupo de en total 30 estudiantes pertenecientes a ese autobús son desaparecidos.
A las 22:00 hrs, el autobús Estrella de Oro 1531 es detenido por dos patrullas municipales a la altura del palacio de justicia y es atacado con gases lacrimógenos. De acuerdo con los reportes de inteligencia militar, los pasajeros fueron obligados a descender de la unidad, fueron esposados, tirados al piso y brutalmente golpeados. Los mismos informes mencionan que en esta operación actuarían conjuntamente elementos policiacos de Iguala y Huitzuco quienes repartieron a los detenidos en sus respectivos vehículos y se los llevaron a rumbo desconocido, concretando su desaparición.
Un autobús de la línea Estrella Roja que llevaba a bordo a un grupo de normalistas que habían acudido al llamado de auxilio de sus compañeros retenidos en la central, se quedó atorado en el tráfico de la carretera a Chilpancingo. Los 14 normalistas a bordo de la unidad declaran haberse topado con varios retenes de la policía. El paso del autobús fue interceptado por patrullas municipales y estatales quienes comenzaron a disparar para obligar a los pasajeros a descender del vehículo. Los estudiantes de este autobús decidieron escapar ocultándose entre la maleza.
Por su parte, los normalistas que habían permanecido en Juan N. Álvarez y Periférico Norte se reagruparon. Realizaron llamadas a compañeros, familiares, maestros y periodistas y convocaron una improvisada conferencia de prensa para denunciar las agresiones. Los testigos comenzaron a acordonar la zona de manera improvisada para resguardar las evidencias de la agresión. En el momento en el que comenzaba la conferencia de prensa, el grupo de individuos vestidos de civil regresa y abre fuego contra las personas reunidas en el lugar. En el ataque pierden la vida Julio Cesar Ramírez Nava y posteriormente Julio César Mondragón Fuentes, cuyo cadáver sería localizado a la mañana siguiente con el rostro desollado.
Los estudiantes se alcanzaron a ocultar en algunas casas, entre la maleza o abajo de los vehículos. En ese momento, elementos del 27 batallón de Infantería comenzaron a realizar patrullajes por la ciudad, sumándose a las fuerzas que estaban dado caza a los estudiantes.
Por su parte, a las 23:15, un autobús de turismo de la empresa Castro Tours en cuyo interior se trasladaban los jugadores del equipo de Fútbol Los Avispones, logra pasar un retén de policías federales. Sin embargo metros más adelante pasa frente al Estrella de Oro 1531, ya abandonado y destrozado por las balas, instantes después el autobús es brutalmente atacado a balazos. En la refriega queda atrapado un taxi donde la señora Blanca Montiel muere por las balas. Dentro del autobús perderían la vida el chofer Manuel Lugo Ortíz y el jugador Josué García Evangelista. Entre gritos y amenazas, los policías obligarían a los jugadores a descender del vehículo, pero al percatarse de su error se retirarían inmediatamente del lugar.
La noche de Iguala dejaría como saldo 43 estudiantes desaparecidos, 6 personas asesinadas, 40 personas heridas y 180 personas victimas de violaciones a sus derechos humanos.
Inicialmente, el gobierno de Enrique Peña Nieto adjudicó cómo causa de la desaparición de los normalistas a un conflicto entre los carteles locales de Guerreros Unidos y los Rojos, dónde los normalistas serían víctimas colaterales que serían asesinadas e incineradas en el basurero de Cocula.
Dicha versión, conocida como "la verdad histórica" prontamente fue puesta en duda y refutada en base a la evidencia recabada por los propios padres de los normalistas desaparecidos, junto con organizaciones defensoras de los derechos humanos y el Grupo Interdisciplinario de Experto Independientes, demostrándose que gran mayoría de los argumentos de la "verdad histórica" fueron construidos bajo tortura, manipulación y falsificación de pruebas.
La imposición de la “verdad histórica” desencadenó un intenso ciclo de la protesta a nivel nacional e internacional cuya una de sus principales consignas sería la frase: Fue el Estado, pues desde el primer momento se hizo evidente la coordinación entre los distintos niveles de gobierno para encubrir a los responsables de la desaparición de los normalistas y obstaculizar las investigaciones.
Al llegar Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república este prometió a los familiares llegar a la verdad la versión que justifica actualmente la causa de la desaparición de los normalistas sigue siendo, de fondo, la "verdad histórica" del gobierno de Peña: "Los estudiantes fueron desparecidos en una acción conjunta entre policías municipales y Guerreros Unidos".
Y es que AMLO ha tratado por todos los medios posibles exculpar al ejército mexicano de su intervención en los acontecimientos de la noche de Iguala, asegurando con ello no solo la impunidad para los verdaderos responsables de tal crimen, sino también el funcionamiento de un circuito institucional que hace posible la violencia de Estado en México.
A lo largo de 10 años, las investigaciones han demostrado que de principio a fin hubo un seguimiento en tiempo real por parte de todas las corporaciones de seguridad del Estado mexicano en torno a las actividades realizadas dentro de Ayotzinapa.
Y es que las escuelas normales rurales, por su tradición de lucha, han sido un foco de alerta para el Estado mexicano. Las normales rurales al ser centros de formación docente con una marcada tradición ideológica dentro de la izquierda socialista, orientada a la formación del maestro cómo agente activo de las transformaciones revolucionarias de la sociedad rural, han sido vistas por el Estado como semilleros de rebelión y subversión, por lo que durante décadas se han realizado diversos intentos por clausurar estos centros de formación docente.
El seguimiento puntal por los aparatos de inteligencia, junto con la ejecución coordinada de actividades represivas nos puede llevar a suponer que la noche de Iguala, lejos de ser un crimen motivado por una pugna entre grupos antagónicos del crimen organizado, es en realidad una operación contrainsurgente donde el ejérctio mexicano asumió un rol dirigente y logístico, mientras que las policias municipales, estatales y federales, fungieron como el brazo ejecutor de la represión.
Solo eso explica la meticulosidad con la que los estudiantes normalistas fueron desaparecidos, asimilandóse a las tácticas empleadas por el Estado durante la guerra sucia.
La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa representa uno de los más grandes crímenes de Estado cometidos en la historia contemporánea de México. Y a diez años de distancia, aún no ha terminado la lucha por el pleno esclarecimiento de los hechos y por la localización de los 43 estudiantes desaparecidos.
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• Redacción por Gerardo Alarcón Campos | Memoria y resistencia: la historia de la guerrilla en México
- Fuentes de Referencia:
- La Verdadera Noche de Iguala; La Historía que el Gobierno Trató de Ocultar: Anabel Hernández.
- Ayotzinapa, Mentira Histórica; Estado de Impuniad, Impunidad de Estado: Témoris Grecko.
- Una Historia Oral de la Infamia; Los Ataques Contra los Normalistas de Ayotzinapa : John Gibler.
- La Patria de los Ausentes; Un Acercamiento al Estudio de la Desaparición Forzada en México: Rodolfo Gamiño Muñoz
- Ni Vivos Ni Muertos, La Desaparición Forzada en México como Estrategia de Terror: Federico Mastrogiovanni.
La noche del 26 de septiembre de 2014, un grupo de 43 estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, fueron desaparecidos en la ciudad de Iguala, Guerrero en una operación conjunta ejecutada por policías municipales y estatales, a su vez apoyados por elementos militares del 27 batallón de infantería con sede en Iguala.

Las escuelas normales rurales, por su tradición de lucha, han sido un foco de alerta para el Estado mexicano. Las normales rurales al ser centros de formación docente con una marcada tradición ideológica dentro de la izquierda socialista, orientada a la formación del maestro cómo agente activo de las transformaciones revolucionarias de la sociedad rural, han sido vistas por el Estado como semilleros de rebelión y subversión, por lo que durante décadas se han realizado diversos intentos por clausurar estos centros de formación docente.

Aspecto de uno de los autobuses Estrella de Oro atacados durante la noche de Iguala


Escenario de la agresión contra civiles que acompañaban al autobús del equipo de fútbol Los Avispones



Autobús donde se trasladaba el equipo Los Avispones


Basurero de Cocula, lugar donde según la versión del gobierno de Enrique Peña Nieto, los 43 normalistas fueron incinerados y triturados.


Jesús Murillo Karam y Tomás Zeron, artífices de la "verdad histórica"



El seguimiento puntal por los aparatos de inteligencia, junto con la ejecución coordinada de actividades represivas nos puede llevar a suponer que la noche de Iguala, lejos de ser un crimen motivado por una pugna entre grupos antagónicos del crimen organizado, es en realidad una operación contrainsurgente donde el ejérctio mexicano asumió un rol dirigente y logístico, mientras que las policias municipales, estatales y federales, fungieron como el brazo ejecutor de la represión



La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa representa uno de los más grandes crímenes de Estado cometidos en la historia contemporánea de México. Y a diez años de distancia, aún no ha terminado la lucha por el pleno esclarecimiento de los hechos y por la localización de los 43 estudiantes desaparecidos.



5.1.23

(Artículo) ¿Por qué los anarquistas se vuelven fascistas?

 


 

–¿Hay muchos fascistas en tu país?

–Hay muchos que lo son y no lo saben. Pero se darán cuenta cuando llegue el momento

Ernest Hemingway.

 

No es difícil caminar por las calles de cualquier gran ciudad donde las movilizaciones son particularmente recurrentes y encontrar grafitis diciendo “comunismo la otra cara del fascismo”, “Vivan las comunidades zapatistas, muera el subcomediante StalinMarcos”, “Feminazis traidoras” o alguna de sus tantas variaciones siempre acompañadas por la proverbial (A), muchos sabemos que desde hace largos años diversos movimientos anarquistas le han declarado la guerra a las organizaciones izquierdistas bajo la consigna de destruir al “verdadero enemigo” de los oprimidos que como afirman estos anarquistas no son los fascistas reales sino unos imaginarios fascistas rojos, bajo esta retorcida lógica estos anarquistas pretenden demostrarse como los únicos y verdaderos antifascistas, los auténticos “antifas”.

Lo cual, no deja de ser irónico debido a que el propio termino surgió originalmente como Antifaschistische Aktion con el mismo símbolo que he se vuelto famoso en el mundo de las banderas rojas y negras dentro de un círculo, la iniciativa fue del Partido Comunista Alemán (KPD en sus siglas originales) en los años treinta como oposición obrera contra los matones uniformados de camisas pardas cuando recorrían las ciudades alemanas aterrorizando a sindicalistas, judíos, “desviados” sexuales, inmigrantes, izquierdistas reformistas y revolucionarios, todo en nombre de la patronal alemana.

Si bien los primeros antifascistas propiamente aparecieron en Italia para enfrentarse a Mussolini y sus matones uniformados de negro es gracias a los esfuerzos del KPD que el termino antifascista tal y como lo conocemos se convirtiese en algo reconocible en el resto del mundo.

La historia del antifascismo es amplía y libros enteros se han escrito al respecto, la Guerra Civil Española es el ejemplo más romántico tanto de lo que fue como de lo que pudo haber sido, donde miles de voluntarios de todo el mundo dieron vida a las Brigadas Internacionales en defensa de la Republica y el Frente Popular.

Fue el Frente Popular el que demostró que bien o mal todas las izquierdas pueden solucionar sus problemas al menos para enfrentarse a su enemigo común… al menos por un tiempo, al menos lo suficiente para resistir por un tiempo la ofensiva.

Pero no todos son felices con este arreglo, no para todos y no siempre es posible conciliar la lucha común contra el fascismo con sus ideales, muchos en la izquierda española llegaron a la conclusión que el Frente Popular había llegado demasiado lejos, su izquierdismo reformista que buscaba un capitalismo con rostro humano les impidió aceptar la realidad que el fascismo pretendía destruirlos a todos sin excepción.

Pero también en el otro sector de la izquierda había problemas, los más ultras de los ultras, los más revolucionarios entre los revolucionarios no aceptaron cualquier tipo de compromiso con el resto de sus compañeros de izquierda, este “todo o nada” los llevó a enfrentamientos fratricidas con el resto de las izquierdas ¿No fueron organizaciones como la FAI-CNT quienes formaron patrullas en los Pirineos donde asesinaron a más de mil voluntarios que pretendían unirse a las Brigadas Internacionales simplemente porque la mayoría de ellos eran comunistas?

Estas no son calumnias de comunistas españoles o de la inteligencia soviética, en México estos actos son conocidos porque los propios anarquistas se jactaron de ellos en sus libros publicados tras el exilio español, no fueron los únicos en mencionarlo, no pocos de los voluntarios mexicanos en aquella guerra narran en sus memorias el profundo asco que sentían por los anarquistas que patrullaban las fronteras entre Francia y España cazando a cualquier antifascista que no fuese anarquista ¡el propio Juan Miguel de la Mora, un incondicional adversario desde la izquierda contra el stalinismo mexicano y español en sus memorias sobre los años que pasó luchando contra el fascismo afirma que una de las peores vergüenzas para el bando antifascista fueron estas patrullas de fanáticos!

En realidad, el anarquismo siempre ha sido así, sectario, encontrando a su enemigo en la derecha sino en el resto de las izquierdas. Por largos años ¿no hemos visto por años como muchos anarquistas critican al zapatismo y lo consideran “una convención de reformistas”? o incluso “una organización orientada a la tiranía de las masas”.

Y este frenético impulso por enfrentarse a sus adversarios de izquierda en más de una ocasión los lleva a coquetear con el enemigo de la extrema derecha. Transcribo este pasaje de las memorias de Abad de Santillan, uno de los principales lideres de la Federación Anarquista Ibérica:

A pesar de la diferencia que nos separaba, veíamos algo de ese parentesco espiritual con José Antonio Primo de Rivera, hombre combativo, patriota, en busca de soluciones para el porvenir del país. Hizo antes de julio de 1936 diversas tentativas para entrevistarse con nosotros. Mientras toda la policía de la República no había, descubierto cuál era nuestra función en la F. A. I., lo supo Primo de Rivera, jefe de otra organización clandestina, la Falange española. No hemos querido entonces, por razones de táctica consagrada entre nosotros, ninguna clase de relaciones.

Ni siquiera tuvimos la cortesía de acusar recibo a la documentación que nos hizo llegar para que conociésemos una parte de su pensamiento, asegurándonos que podía constituir base para una acción conjunta en favor de España. Estallada la guerra, cayó prisionero y fué condenado a muerte y ejecutado. Anarquistas argentinos nos pidieron que intercediésemos para que ese hombre no fuese fusilado. No estaba en manos nuestras impedirlo, a causa de las relaciones tirantes que manteníamos con el gobierno central, pero hemos pensado entonces y seguimos pensando que fué un error de parte de la República el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera; españoles de esa talla, patriotas como él no son peligrosos, ni siquiera en las filas enemigas. Pertenecen a los que reinvindican a España y sostienen lo español aun desde campos opuestos, elegidos equivocadamente como los más adecuados a sus aspiraciones generosas. ¡Cuánto hubiera cambiado el destino de España si un acuerdo entre nosotros hubiera sido tácticamente posible, según los deseos de Primo de Rivera!

Así es, literalmente, no figurativamente una de las figuras más importantes del anarquismo español afirmaba que el error de la FAI-CNT no era el de haberse aliado con los falangistas, el movimiento fascista “anticapitalista y obrero” que se definía como “nacionalsindicalista” donde los medios de producción se sindicalizarían y se administrarían de forma “autogestionaria”… por supuesto que los principales financiadores de esta organización eran la Italia fascistas, el clero y la oligarquía  española con el objetivo de desarrollar tácticas de terror contra la izquierda española.

Esto no sucedió, los resultados de esta alianza están en el territorio de la ficción histórica, lo menciono para dejar en claro que en su momento un sector del anarquismo español considero viable aliarse con el sector “izquierdo” del fascismo.

Años después, en las protestas del Maidan Ucraniano ocurrió algo interesante, lo que en algún momento se consideró posible se volvió realidad: anarquistas y neonazis lucharon juntos contra sus enemigos en común.

Grupos como “Resistencia Autónoma” o “La Guardia Negra” lucharon junto a organizaciones abiertamente fascistas como “Sector Derecho” contra la policía ucraniana para después unirse a grupos como el Batallón Azov.

Esto mismo fue denunciado por otros anarquistas en el ciberespacio, muchos de ellos indignados por la convivencia de anarquistas con paramilitares que emplean parafernalia de las SS, aunque otros los justificaron afirmando que se aliaban con el mal menor contra los “comunistas” de las “Republicas Bolcheviques” o contra el “zar rojo” que gobierna desde el Kremlin.

Eventualmente, con el tiempo el mismo fenómeno comenzó a aparecer en nuestras geografías, en diferentes ciudades capitales junto al área metropolitana que la rodea varios militantes izquierdistas han detectado un patrón de colaboración informal de anarquistas con grupos fascistas locales contra ellos, a quienes los anarquistas llaman “fascistas rojos”, otros han denunciado como entre muchos antiguos miembros de bloques negros o fanzines libertarios desencantados del anarquismo y su falta de resultados se han integrado de forma individual a grupos neofascistas mexicanos como el Yunque, FREENA, el Frente Nacionalista de México, Nacionalismo Social Mexicano, Revolución Identitaria, Conferencia Política de Acción Conservadora, corrientes juveniles neofascistas dentro del PAN, o más comúnmente en los diferentes colectivos de skinheads neonazis que pululan en las diferentes ciudades del país que forman el amplio y fragmentado escenario donde crece la ultraderecha mexicana.

En las redes sociales de la izquierda mexicana se han vuelto comunes bromas en Facebook del tipo “tu compa que antes era anarquista y ahora es morenazi” o post de varias páginas con contenido izquierdista ya no temen meter a fascistas y anarquistas dentro del mismo saco.

Pero ¿Por qué sucede esto?

Algunas organizaciones comunistas han elaborado análisis para responder este fenómeno, se centran mayormente en el anticomunismo histórico por parte de amplios sectores del anarquismo o hacen arqueología epistémica sobre el origen del anarquismo dentro de la filosofía capitalista, pero en realidad creo que la respuesta es más simple: se trata de identidades tribales.

Tanto el anarquismo como el fascismo pueden ser fácilmente descritos como ajenos a cualquier prudencia y moderación, todo lo que ofrecen son fetiches por la violencia y romantizar instintos y discursos anti-intelectuales.

Ambos movimientos si bien se encuentran en espectros completamente opuestos en la escala tradicional izquierda/derecha, “conservadurismo/progresismo” o “autoritario/antiautoritario” la verdad es que tanto el anarquismo como el fascismo absorben las retoricas y tácticas de las diversas organizaciones socialistas, pero colocando en su lugar sus propias ideas ¡con decir que varias conocidas consignas de varios grupos políticos tienen su origen en las consignas de las movilizaciones socialistas! Por ejemplo, el movimiento socialista grita en las marchas “lucha lucha lucha, no dejes de luchar, por un gobierno obrero, campesino y popular”, según varios viejos izquierdistas a los cuales les pregunte esta consigna ya existía al menos desde la huelga en la UNAM en el 99 y tiene su origen en las organizaciones comunistas y zapatistas universitarias, pues al menos desde 2012 tanto anarquistas como fascistas han tomado los versos, el estribillo y el ritmo de esta consigna pero modificado la letra para que se adecue a su ideología ¡ni siquiera intentan crear sus propias consignas! Esta aparente necesidad de luchar contra las organizaciones feministas, zapatistas y marxistas es compartida por fascistas y anarquistas, no tanto por ideología, sino porque instintivamente saben que son ellos el verdadero muro de contención para hacer realidad sus enfermizos sueños.

Y este es el punto principal.

Feministas, zapatistas, ecologistas, sindicalistas, comunistas, y un largo etcétera buscan crear organizaciones amplias, de masas, de base, con proyectos, estrategias y calendarios. La iconoclastia y el fetiche de la violencia de los anarquistas y fascistas no puede competir con este tipo de proyectos, por eso su oposición estática que parte siempre desde el irracionalismo y la acción directa. Por ello siempre se oponen con más fuerza a estas ideologías y sus organizaciones que al propio Estado ¿Qué dicen al respecto los propios anarquistas?

Tanto la socialdemocracia armada como la electorera ha puesto el alarido en el cielo al ver anonadados el incremento de la contestación anárquica y la reapropiación de las calles como lugar de lucha –Esas mismas calles que habían sido usurpadas y acaparadas (durante décadas) por la simulación opositora, por la protesta baladí, por la manifestación estéril y la inútil formulita “marcha-mitin-plantón”, siempre manipulada por los partidos políticos electoreros (o partidos de vanguardia en vías de volverse electoreros) y las organizaciones clientelares (¡perdón! quisimos decir sociales), con sus acostumbrados “pases de lista”, sus reiteradas consignas vacías y su “comisión negociadora”.

Todxs los lidercillos de la izquierda se han quedado atónitos al verificar el ensanchamiento de la insurrección anarquista, al comprobar la contundencia de la confrontación ácrata, al presenciar la extensión de la revuelta cotidiana contra todo lo existe y, sobre todo, al confirmar que nuestra lucha no es recuperable; al quedar convencidos que esa inmensa marea de jóvenes iconoclastas que enfrentan cara a cara a los cuerpos represivos en la lucha callejera, junto a esos grupos de afinidad que se multiplican en la oscuridad cómplice haciendo tronar la pólvora e iluminando la noche con el fuego liberador, no se embelesan con sus cantos de sirena porque no respetan líderes, mandos ni mesías, porque no se inclinan ante iluminados, porque no se tragan sus discursos demagógicos ni sus promesas a futuro, porque no se suman a sus “programas de lucha” ni a sus “proyectos transformadores”.

Ellos mismos aceptan que su apego al anarquismo no se sustenta en una transformación radical de la sociedad sino en el placer que encuentran en la violencia anónima, su impulso no proviene de intentar solucionar problemas concretos sino simplemente de explotar las luchas de otras organizaciones para aprovechar el desorden y así obtener sus 5 minutos de adrenalina y violencia. ¿No hay una descripción muy parecida con el fascismo?

Pero su hechizo no reside tan solo en parecer revolucionarios sin serlo realmente, es algo más primitivo: tanto el anarquismo como el fascismo buscan el dinamismo por encima de la introspección y la autocrítica, su conjunto de ideas se expresa desde los resentimientos emocionales más que en análisis racionales, son atrevidos y extravagantes porque las personas buscan diferenciarse de los demás, ser únicos, originales y si en el camino han de depender de poses, hombres de paja o consignas atemporales o vagas que así sea. Y esa es la raíz de su atractivo.

La mayoría de las personas que se sienten seducidas por estos grupos no lo hacen porque estén dispuestas a luchar hasta la muerte. Se unen porque son solitarios y quieren sentirse parte de un grupo; porque son frágiles y son atraídos por los discursos de “poder sin límites”, “libertad sin consecuencias” o “desatar su naturaleza salvaje”, porque son débiles, pero quieren fingir ser fuertes, porque están llenos de odio contra sí mismos y prefieren hace que otros sean castigados por ello, pero también porque tienen miedo a ser insuficientes e insignificantes.

Entonces, incluso aunque comparten enemigos tanto el fascismo como el anarquismo no son lo mismo, decir eso es estúpido, son muy diferentes en sus tesis políticas, sociales y económicas… pero al final del día atraen a perfiles similares de jóvenes frustrados, perdedores ridículos y pusilánimes que se enamoran de ideologías basadas en las formas más que en el contenido, con estéticas radicales pero con consignas vacías como “contra toda autoridad” o “mi honor es la lealtad”, se sienten atraídos porque ahí encuentran impunidad, identidad, protección y emociones fuertes, es en esas organizaciones donde encuentran el ser parte de un grupo, un equipo, una tribu… y ya sabemos lo que las tribus hacen con los extraños.

Es por eso que al final del día tantos anarquistas no encuentran tan terrible colaborar con fascistas o chaquetean rápidamente al fascismo, lo mismo con tantos fascistas, les es muy fácil reivindicar ideas anarquistas o incluso modificar o citar famosas frases anarquistas, lo hacen simple y sencillamente porque no han superado la madurez emocional de un adolescente.

Y como ellos hay miles de jóvenes, esperando su oportunidad de descargar sus frustraciones contra todos.

Redacción|Rosario Jiménez

 

 

 

Bibliografía

Abad de Santillán, D. (1975). Por qué perdimos la guerra. Editorial Almuzara.

Mora, J. M. d. (2005). Solo queda el silencio. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Payne, Stanley (1985). Falange. El fascismo español. Madrid: Ediciones Ruedo Ibérico.

Hemerografía

Ucrania: Posiciones internacionalistas y escisiones en los grupos anarquistas | Donbass antifascista. (s. f.). Donbass antifascista | Blog de apoyo a la resistencia antifascista y revolucionaria social en la cuenca del Don y los pueblos de Ucrania. https://donbassantifascista.noblogs.org/post/2015/02/03/ucrania-posiciones-internacionalistas-y-escisiones-en-los-grupos-anarquistas/

Lxs anarquistas y la guerra. (s. f.-b). CrimethInc. https://es.crimethinc.com/2022/02/15/lxs-anarquistas-y-la-guerra-perspectivas-antiautoritarias-en-ucrania

México: Las malignas carcajadas de unos espíritus muy libres o ¡No nos defiendas compadre que la Anarquía sabe defenderse sola! https://es-contrainfo.espiv.net/2013/11/18/mexico-las-malignas-carcajadas-de-unos-espiritus-muy-libres-o-no-nos-defiendas-compadre-que-la-anarquia-sabe-defenderse-sola/