21.5.12

“Está en marcha una verdadera guerra entre el pueblo y el capitalismo”

Helena Smith (Atenas, The Guardian)
[De los dos grandes acontecimientos político-electorales de las pasadas semanas (hay un tercero, la elecciones en Renania-Westfalia, a las que se ha prestado mucha menos atención de la que merecen, y que han supuesto un revés importante para Die Linke y especialmente para su ala izquierda, hegemónica en este Land; lo analizaremos en los próximos días) la atención mediática ha destacado el menos importante para el futuro de la Unión Europea: la victoria de François Hollande tendrá alguna contribución, pero una contribución menor, a los inevitables paliativos a la “austeridad” que se están diseñando, ante las amenazas de catástrofe en dos países: España e Italia, imposibles de “rescatar”, máxime cuando Irlanda reclama ya un nuevo “paquete” a la Troika. Por otra parte, la influencia de Hollande en las expectativas de la decrépita “socialdemocracia” europea será ínfima, más allá de que Rubalcaba saque su retrato en procesión.

En realidad, el acontecimiento fundamental para la UE y para la izquierda ha sido las elecciones griegas del 6 de mayo y el proceso que se ha abierto hacia las nuevas convocatoria electoral del próximo 17 de junio.

El 6 de mayo ocurrieron en Grecia tres hechos excepcionales:

-por primera vez desde el comienzo de la crisis, se ha expresado electoralmente en la UE el rechazo ampliamente mayoritario de un pueblo a la política de la Troika. Digo “política” y no sólo “economía”. El programa de la Troika tiene un contenido político implícito pero fundamental: derrotar toda capacidad de resistencia al empobrecimiento masivo de una población y al expolio de sus recursos. Una política no sólo de lucha de clases, sino propiamente imperialista, que busca reducir a Grecia a un estatus colonial.

-por primera vez en la UE, se ha producido un cambio radical en las relaciones de fuerzas en la izquierda: Syriza ha sobrepasado significativamente los votos del PASOK y todo indica que no es dato coyuntural, sino el punto de partida de un nuevo mapa político. Ésta es una muestra de un cambio que tendría que ser el objetivo central para la izquierda en la UE. Mientras se mantengan como fuerza mayoritaria los partidos “socialdemócratas” no habrá ninguna posibilidad de que pueda constituirse una alternativa que merezca ese nombre a la crisis capitalista.

-enfin, por primera vez en la historia de la UE, en medio de una crisis política y cuando se generan presiones formidables desde los poderes establecidos para imponer la idea de que no hay alternativas de gobierno a los partidos tradicionales, o a alguna combinación entre ellos o con grupos subalternos a su derecha o a su izquierda, un partido se ha atrevido a proponerse como gobierno con un programa que incluye puntos de ruptura con la ortodoxia establecida: el rechazo del Memorándum de la Troika; la auditoría sobre la deuda externa y un aplazamiento de su pago por un tiempo y unas condiciones a determinar; el rechazo a salir del euro, pero también a aplicar recortes sociales para permanecer en la Eurozona. Ciertamente, hay aspectos ambiguos en la formulación de estos objetivos por dirigentes de Syriza, como el propio Tsipras en la entrevista que publicamos a continuación. Pero no hay razones para dudar de la insumisión de Syriza ante dictados fundamentales de la Troika.

En el caso, ciertamente muy improbable, de que Syriza pudiera formar gobierno (las encuestas más recientes sitúan ya en primer lugar a Nueva Democracia y sólo estamos al comienzo de la campaña de asedio que día a día martilleará al pueblo griego para impedir una victoria de la coalición de izquierdas) sería una magnífica noticia, aún sabiendo que ese gobierno se enfrentaría a dificultades gigantescas y no sólo de política económica. No tiene ningún sentido especular ahora sobre sus capacidades para afrontarlas. En condiciones críticas, sólo las sectas son previsibles. Sí tiene en cambio todo el sentido plantearse qué desafíos exige la situación griega a la izquierda en nuestro país. Y cuando digo izquierda, me refiero, claro está, a la izquierda del PSOE. No hay que olvidar que en la primera entrevista entre Rajoy y Rubalcaba tras el 20-N uno de los cuatro puntos de acuerdo que hicieron públicos fue precisamente el apoyo a la política de la Troika en Grecia. En realidad, el cofrade europeo de Rubalcaba no es Hollande, sino Venizelos; merece compartir también su destino.

Hace algunas semanas, recibimos en la redacción un texto de un compañero griego en el que recordaba la solidaridad internacional con la España de 1936 para ejemplificar la que ahora necesitaba Grecia. Como todas las analogías hay que tomarla con mucha precaución y solo como expresión de un deseo desesperado. Pero hay un fondo de verdad que conforme pasa el tiempo se destaca más. Lo expresa muy bien Tsipras en la entrevista que publicamos a continuación: Grecia es efectivamente “nuestro problema” y puede llegar a ser para mal, pero quizás para bien, nuestro futuro.

Por eso es desesperante no ver apenas reacciones solidarias ni en la izquierda social, ni en la izquierda política. No sirve en absoluto de excusa, pero llama especialmente la atención la parálisis total del Partido de la Izquierda Europea, del que Tsipras es vicepresidente; si hacía falta alguna confirmación de su inutilidad ahí la tenemos. Izquierda Unida, que forma parte del PIE, está dando la misma talla. Sacando pecho cuando se lee que Syriza es la “IU de Grecia”... ¡Ojalá tuviéramos aquí algo similar a Syriza, aún con todos sus problemas, bien explicados en el artículo de Yorgos Mitralis! Pero aquí lo que tenemos es a Valderas con su moral de “lo injusto pero necesario”, a Pérez soltando invectivas de burócrata sobre el 15M y encubriendo a Moral Santín en Bankia/Cajamadrid… sin que oiga ni un murmullo crítico de gente de IU que sin duda rechaza estas vergüenzas, pero opta por callarse. Así, claro, Griñán puede ufanarse de representar la “alternativa” al PP, y Rajoy puede proseguir sus “reformas de los viernes” sin oposición política, aunque cada reforma acerque más el país al abismo.

Pero los errores ajenos no excusan las debilidades propias. Tampoco está haciendo nada la Izquierda Anticapitalista Europea. Y aunque sólo haya fuerzas para una solidaridad simbólica, con el pueblo griego y con Syriza, habría que ponerla ya en marcha. Alguien tiene que dar el primer paso. Miguel Romero]



“Yo no creo en héroes o salvadores”, afirmó Tsipras al Guardian, añadiendo que sí cree en “luchar por derechos”. “Nadie tiene derecho a reducir a un pueblo orgulloso a tal estado de miseria y de indignidad”, subrayó el líder de Syriza.
En la entrevista al periódico británico, Tsipras afirmó que lo que está en marcha no es una guerra “entre naciones y pueblos”, sino un conflicto que opone a “los trabajadores y la mayoría de las personas” a los “capitalistas globales, banqueros, especuladores en las bolsas, los grandes fondos de inversión”. “Es una guerra entre los pueblos y el capitalismo”, concluyó Tsipras, añadiendo que “tal como sucede en cada guerra, lo que ocurre en la primera línea define la batalla, que será decisiva para la guerra en otros lugares”.

Según el presidente del Grupo Parlamentario de la coalición Syriza, Grecia fue elegida como banco de pruebas para la aplicación de las políticas de choque neoliberales y los griegos “fueron las cobayas”. Advirtió de que en caso de la experiencia continúe, “será considerada como un éxito y las políticas serán aplicadas en otros países”. “Por eso es tan importante interrumpir la experiencia”, añadió Tsipras. Si paramos este ataque “no será solamente una victoria para Grecia, sino para toda Europa”.

“Después de dos años y medio de catástrofe”, y después de sufrir un largo bombardeo de “choque neoliberal”, “los griegos han sido puestos de rodillas”, dijo Tsipras. “El Estado social está colapsado, uno de cada dos jóvenes está en el paro, hay cada vez más personas que emigran, el clima psicológico es de pesimismo, depresión, suicidios en masa… El pueblo griego jamás estuvo tan mal”.

Preguntado sobre si tenía miedo, Tsipras respondió que lo tendría si “continuáramos por ese camino, un camino para el infierno social”. Pero “cuando alguien lucha tiene una gran posibilidad de ganar y nosotros luchamos para vencer”.

Durante la entrevista, el líder de Syriza señaló que no está contra el euro o la unión monetaria y que ese chantaje está siendo utilizado para que la gente se aterrorice y se mantenga el statu quo. “No estamos contra una Europa unificada o la unión monetaria (…) Nosotros no queremos chantajear, queremos convencer a nuestros asociados europeos que el camino elegido para Grecia es totalmente contraproducente. Es como tirar dinero a un pozo sin fondo (...)  Es importante que los europeos sepan que el dinero con el que están contribuyendo a la supuesta resolución de la crisis griega no está siendo aplicado en inversión y crecimiento, ni para hacer frente al problema de la deuda". En realidad, si se mantuviera el mismo rumbo, “en seis meses estaríamos obligados a discutir un tercer paquete y después un cuarto”, alertó el dirigente de Syriza.
Destacó también que es importante que los europeos comprendan que Syriza no tiene “ninguna intención de realizar un movimiento unilateral”. “Nosotros sólo estaremos obligados a reaccionar, si ellos actuaran de forma unilateral y dieran el primer paso. Si ellos no pagan, cortan la financiación, entonces no podremos pagar a los acreedores. Es una cuestión muy simple”.
Alex Tsipras recordó también que la crisis griega no es sólo un problema de su país. “Keynes lo dijo hace muchos años. No sólo la persona que pide prestado está en una posición difícil; también lo está la persona que presta. Si usted debe 6.200 euros a un banco tiene un problema. Pero si debe 620.000 euros el problema es del banco”.

“Éste es un problema común. Es nuestro problema. Es el problema de Merkel. Es un problema europeo. Es un problema mundial”, concluyó Tsipras..

http://www.guardian.co.uk/world/2012/may/18/greek-leftist-leader-alexis-tsipras


Traducción de VIENTO SUR a partir de la reseña de esquerda.net

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