20.2.20

(Artículo) Feminismo como resistencia y proyecto de vida en el mundo actual



El presente trabajo, realiza una reflexión en torno al movimiento feminista y cómo la reivindicación de luchar contra la opresión del patriarcado tiene que ser prolongado y constante, en ese sentido se trata de articular con los matices de las características de los "nuevos movimientos sociales", que luchan por otros procesos diversos.
Se realiza también una crítica importante al sistema de dominación masculina, que genera y abarca todo el espectro de la vida social, los espacios públicos y privados, además considerando que esa dominación tan totalizadora, hace que la resistencia que ejerce el feminismo como lucha, sea diverso y amplio. Se identifica la importancia que tiene el capitalismo para perpetuar al patriarcado, teniendo en cuenta que son un engranaje y dependencia de vida de cada sistema, eso hace que los nuevos movimientos sociales, en especial el feminismo, se interpolen con agrietar ambas cosas.
 Sin embargo, como ya se mencionó, hay una diversidad de luchas, que hacen se pueda pensar en distintas formas de agrietar. Una articulación de los movimientos sociales, tendrá que generar una esperanza que otro mundo es posible. ¿Es posible que el feminismo como movimiento social genere resistencia ante el patriarcado? ¿Se puede pensar el feminismo como una alternativa de vida? La consideración, de esas respuestas se han venido generado desde los movimientos sociales y ahí se encuentra la respuesta.
En un primer momento, describiremos los conceptos de patriarcado y porqué se considera como un sistema totalizador, sus características y formas nos ayudarán para lograr interpretar los alcances del movimiento feminista. En un segundo instante, se expondrán las cualidades de los nuevos movimientos sociales y de qué forma se habla de ello, eso hará comprender la importancia del concepto de patriarcado y capitalismo como proyectos hermanos y gemelos, que se necesitan para su subsistencia. El movimiento feminista como crítica a los nuevos y viejos movimientos, como articuladora de un proyecto encaminado a relaciones humanas.
1. El patriarcado como coerción social
En el proceso histórico de la humanidad, se ha naturalizado la dominación masculina, como referente a un androcentrismo que se expresa en los ámbitos de la vida social, sean públicos o privados. Esa dominación ejercida, va relacionada con una opresión aún mayor, que da referencia al ejercicio de control sobre las mujeres y otras identidades genéricas.[1] 
La opresión que ejercen los hombres se ha dado desde antes de nuestra era, esa hegemonía de control se puede llamar patriarcado, entonces ¿Qué es el patriarcado? En ese sentido, Facio & Fries (2005), se plantea que:
Se trata de un sistema que justifica la dominación sobre la base de una supuesta inferioridad biológica de las mujeres. Tiene su origen histórico en la familia, cuya jefatura ejerce el padre y se proyecta a todo el orden social, económico, cultural, religioso y político, que determina que las mujeres como categoría social siempre estarán subordinadas a los hombres (pág. 280).
Se establece, entonces, que "el patriarcado es un sistema histórico, es decir, tiene un inicio en la historia. Si es así, puede acabarse gracias al proceso histórico," (Lerner, 1990, pág. 5) también no es un hecho acabado, sin embargo, en las etapas de la historia ha alcanzado aliados con los cuales engrana una mayor explotación-dominación-opresión para su existencia. "El patriarcado es un sistema de dominación masculina que determina la opresión y subordinación de las mujeres. El género expresa la construcción social de la feminidad" (Varela, 2008, pág. 85).
De acuerdo con Lerner (1990) "si el patriarcado fuera natural, es decir, que estuviera basado en un determinismo biológico, entonces cambiarlo supondría modificar la naturaleza." (pág. 6) Pero no es así, y si fuese de esa manera, tendría que generarse un proceso de cambio, que hasta ahora el hombre varón ha realizado, el manejo de la naturaleza.
A esto se puede denominar como patriarcado. Sin embargo, ¿Esto fue siempre así?, ¿Cómo se genera la dominación y opresión? Hay ciertas características que han prevalecido a lo largo del proceso histórico del patriarcado:
Dominio del hombre ejercido a través de la violencia sexual contra la mujer, institucionalizada y promovida a través de las instituciones de la familia y el Estado (...) Las mujeres mantienen una relación de subordinación frente al varón (...) Las justificaciones que permiten la mantención del dominio sobre las mujeres tienen su origen en las diferencias biológicas entre los sexos (Facio & Fries, 2005, pág. 281).
Si logramos comprender la totalización y el arraigo del patriarcado, lo podemos ubicar en todas las expresiones de la vida social, al ser así, que en todos los proyectos políticos-económicos modernos, siendo el caso del capitalismo y el socialismo real, ya que las estructuras del patriarcado han sido intocables, y por ende han permanecido intactas.
En un momento determinado, no siempre fue así, pues era diferente. En el neolítico, es cuando surgen algunos cambios en la vida privada, es decir que, del diez mil al tres mil años antes de nuestra era se encuentran algunos rasgos importantes que se generan a partir de la división sexual del trabajo, bajo ese aspecto se describe que, la "situación de necesidad, que dio lugar a la primera división del trabajo por lo cual las mujeres hacían de madres. Durante milenios la supervivencia dependió de ello y no existió otra alternativa" (Lerner, 1990, pág. 39). Esto contradice de manera importante a Engels que establece que el inicio del patriarcado se da cuando surge la propiedad privada.
A partir de lo que estipula la autora, se inició con la dominación de la vida sexual de las mujeres, pasando de ser sistemas matrilocales a patrilocales, sobre la dominación de la procreación y la vida sexual, además, el sentido matrilineal pierde y al mismo tiempo cede el derecho sobre el cuerpo convirtiéndose de manera pública-privada patrilocal.
En algún momento durante la revolución agrícola, unas sociedades relativamente igualitarias, con una división sexual del trabajo basada en las necesidades biológicas, dieron paso a unas sociedades muchísimo más estructuradas en las que tanto la propiedad privada como el intercambio de mujeres basado en el tabú del incesto y la exogamia eran comunes. Las primeras sociedades fueron a menudo matrilineales y matrilocales, mientras que las últimas sociedades sobrevivientes eran predominante patrilineales y patrilocales (Lerner, 1990, pág. 52).
En esa vigencia y totalizadora del sistema patriarcal, se establecen ciertos rasgos que en la actualidad aún se notan, la sobrevivencia del mismo ha sido tan largo como otros procesos, que no se ha sentido tan tembloroso, esos privilegios de los hombres aún se encuentran intactos. "El patriarcado se caracteriza por: i) el antagonismo genérico, aunando a la opresión de las mujeres y el dominio de los hombres (...) ii) La escisión del género femenino como producto de la enemistad histórica entre las mujeres (...) iii) El fenómeno cultural del machismo basado tanto en el poder masculino patriarcal" (Lagarde y de los Ríos, 2005, pág. 91).
Estos factores se encuentran tan internalizados en la vida privada y social, que lograr desprenderse de ello, lleva a reconocer en el caso de hombres sus privilegios y en las mujeres su condición de opresión. De acuerdo con Lagarde y de los Ríos (2005) "el poder patriarcal existe en los sujetos sociales y ellos lo reproducen, pero la sociedad en su conjunto y la cultura dominante son patriarcales y en ellas mismas se gestan las contradicciones que generan opciones alternativas, contrarias y críticas” (pág. 93).
Al ser un factor terminable y no naturalizado, tiene la opción de desaparecer, sin embargo, a lo largo de la historia, nos han demostrado que cuesta mucho llevarlo a cabo, el movimiento feminista articulado a otras formas de lucha, expresan el derribe de esos procesos totalizadores.
La reproducción social como una dominación escondida incide en los procesos de dominación masculina, ese ejercicio no violento se da en los espacios privados y públicos, articulado por la cultura, la cosmovisión y la familia, esos sitios coercitivos dan pie a que se prolongue y se naturalice criterios de desigualdad, violencia y discriminación. Eso además prolonga el patriarcado.
2. Feminismo como resistencia y alternativa.
¿El patriarcado no tiene fin? ¿Cuál es el horizonte de las luchas feministas? ¿Se comprende la lucha del patriarcado como una lucha sistemática para con su aliado natural, el capitalismo? Para tratar de dar respuesta a las preguntas, se debe comprender que el feminismo no es uno solo, si no hay diferentes posiciones que hacen sea una infinidad de posiciones. 
La lucha contra el patriarcado se da en muchos frentes: la familia, la reproducción, la sexualidad, espacios privados, espacios públicos, participación política, derechos laborales, racismo, etc. Sin embargo, esos referentes hacen que exista una infinidad de resistencias sistemáticas, un sin fin de respuestas y acciones concretas que se realizan para frenar la opresión y violencia que ejerce el patriarcado a través de la dominación masculina. 
Si bien, se entiende que la lucha social se relaciona de manera importante con las condiciones que prevalecen en cada espacio situado de las mujeres, esto hace a que se vea a los movimientos sociales y en específico de los feminismos como una esperanza a la crisis civilizatoria del capitalismo, pero también, una esperanza a la transformación de las relaciones entre humanas/os. Los movimientos sociales traen siempre consigo una demanda y un cambio, algunos más un proyecto político, social y/o económico. 
En la actualidad, los movimientos sociales como el movimiento feminista han venido cambiando, a partir del mayo francés en 1968, ya no prevalece el movimiento obrero o comunista solamente, sino también, nuevos movimientos sociales que diversifican sus objetivos y criterios de lucha, la transformación del mundo en dos pasos: tomar el poder y hacer la revolución (desde el horizonte de gobierno político) se difuminó:
La difusión social de la producción contribuyó a desenmascarar nuevas formas de opresión y que el aislamiento político del movimiento obrero facilitó el surgimiento de nuevos sujetos sociales y nuevas prácticas de movilización social (De Sousa Santos, 2001, pág. 177).
Las esperanzas en los movimientos obreros no fueron suficientes, el socialismo real se derrumbó, la caída del muro de Berlín en 1989 y la desaparición de la Unión Soviética en 1991, llevaron a una crisis de respuestas infinitas.
 Al identificar nuevas formas de opresión que sobrepasan las relaciones de producción, y ni siquiera son específicas de ellas, como son la guerra, la polución, el machismo, el racismo o el productivismo; y al abogar por un nuevo paradigma social, menos basado en la riqueza y en el bienestar material del que, en la cultura y en la calidad de vida, denuncian los NMSs[2], con una radicalidad sin precedentes, los excesos de regulación de la modernidad (De Sousa Santos, 2001, pág. 178).
Los movimientos feministas, entonces, se articulan en nuevas expresiones de lucha que se encuentran en la delgada línea de transformar las condiciones patriarcales desde su estructura y/o cambiar las condiciones de efecto de ese sistema de dominación. Las agendas políticas, han ido avanzado en ambos frentes que abren todo un bagaje de soluciones a respuestas, unas más directas y otras de manera estructural ¿Será suficiente las acciones de los movimientos feministas? Si el patriarcado se abraza con el capitalismo y forma parte del proyecto civilizador de la modernidad ¿Es suficiente una lucha así?
Precisamente, una de las características que tiene el feminismo es que viene a desarticular y criticar a varios movimientos sociales existentes, "combatir los prejuicios patriarcales arraigados incluso entre la izquierda e impulsar líneas de actuación más radicales y renovadoras" (Varela, 2008, pág. 91). Muchos de ellos obreros, anarquistas, campesinos, estudiantiles, etc. Porque aún no se ha comprendido que la lucha es sistemática contra el patriarcal y contra el capital. Sin embargo, los movimientos feministas, no han logrado articular sus diferentes luchas en una agenda unificadora que llegue a temblar al patriarcado y la dominación masculina en aspectos estructurales.
El planteamiento de Holloway, sobre agrietar el sistema sin tener una unificación como movimiento social, es una característica de los nuevos movimientos sociales: la indignación y la rabia que prevalece de manera generalizada y global, hace que existe y prevalezca una resistencia permanente a toda esa opresión. El hecho de coexistir y existir las mujeres en un estado violento, hace que exista aún esa resistencia permanente del movimiento feminista.
Sin embargo, el anhelo, la esperanza para otro mundo no ha desaparecido. No puede desaparecer. Brota de la rabia (…) brota de la frustración que sentimos cuando nos damos cuenta que probablemente vamos a pasar gran parte de nuestra vida haciendo cosas que nosotros no determinamos, brota del grito No que lanzamos cuando vemos cómo las empresas mineras están destruyendo comunidades. (Holloway, 2015, pág. 88)
Es como una alegoría: existe un lago congelado, en ella hay varias mujeres y hombres, que quieren desprender el hielo para tener agua, sin embargo, cada persona no tiene noción ni idea que lxs demás requieren lo mismo, esa falta de conocimiento lxs lleva a agrietar el hielo en diferentes horas durante el día, con diferentes mecanismo, eso hace que todo los días durante el tiempo de congelamiento, el lago se vuelva a congelar, esas grietas que realizan desaparecen con el propio proceso de congelamiento.
Con lo anterior entendemos que el capitalismo y el patriarcado se sitúan como ese gran hielo que no deja desprender agua, cada movimiento social lucha por querer agrietarlo y desaparecerlo, pero por cada tiempo esas fisuras o grietas se hacen más grandes, otras más pequeñas y se vuelven a restaurar. El significado que da Holloway es precisamente eso, que los movimientos sociales y las personas en general, agrietan esa gran articulación. 
Nuestro problema es romper e ir más allá, no erigir un sistema alternativo de gobierno. Podemos tratar de seguir las prácticas de los movimientos sociales existentes, criticarlos y ver cómo se alcanza o no la confluencia, pero no podemos establecer un modelo para el futuro (Hardt & Holloway, 2012, pág. 129).
Nos hace pensar que el capitalismo como el patriarcado si tienen fin, porque no siempre fue así, porque no es un proceso natural, y que en la actualidad ambas cosas de dominación llevan a comprender que tienen autonomía, pero tienen una relación causal importante, que, si una de ellas se destruye, la otra a su vez llega agrietarse con gran magnitud. 
El feminismo, entonces, al ser un movimiento totalizador que abarca la transformación de todos los espacios, llega a reivindicar un proceso de resistencia perpetua contra el patriarcado y su íntimo acompañante histórico el capitalismo. Por ello, es una alternativa, una alternativa a otra forma de vida, donde se armonizan las relaciones sociales de manera recíproca, siendo que esta no es una lucha contra hombres como se sataniza, ya que, "no se trataba de enfrentar a las mujeres contra los hombres, los hombres formarían parte de la organización, aunque serían las mujeres las que llevarían la voz cantante" (Varela, 2008, pág. 80), sino más bien, viene a trastocar los privilegios históricos que los hombres han tenido a lo largo de la historia de la humanidad, que a su vez se naturalizan en un proceso complejo, que va con la cultura, biológica, etc. 
             
A manera de conclusiones.
El feminismo como praxis, lleva a señalar la resistencia que se ha tenido, no solamente en la época actual con el desarrollo de la tercera ola del feminismo, sino a lo largo de la historia, con la construcción misma del patriarcado hace seis mil años. Y en esas diferentes etapas históricas, existen mujeres que resisten, en ese sentido, como se señala con Holloway la esperanza y la rabia juntas, hacen que la resistencia sea permanente. 
Como movimiento social, el feminismo ha tenido diferentes formas de expresión, que se ven diversificadas por la propia existencia del patriarcado, los espacios públicos y privados, contemplan luchas y formas diferentes de cómo hacer frente a esa resistencia.
Sin embargo, se tiene en cuenta que el feminismo o los feminismos son opciones de lucha, pero además de alternativa para un mundo justo e igualitario, eso lleva a indicar que la articulación de esos frentes de hombres y mujeres en lucha tienen que considerar combatir al patriarcado. No se niega las luchas y movimientos del feminismo liberal, sin embargo, se entiende que el patriarcado es totalizador, que a veces esas diferencias de lucha, no son suficiente para ello. 
Los privilegios de los opresores son diversos, como diversos son las formas de contenerlas, las resistencias se traducen en nuevos horizontes y alternativas del vivir, comprendiendo que el capitalismo necesita de las múltiples opresiones que se viven. Señalar que el feminismo es otra vía posible tendría que ser considerada en los nuevos movimientos sociales, esa convergencia y unificación en un futuro de esas grietas será posible porque tenemos los mismos dolores, los mismos sufrimientos y las mismas rabias. 
Kresta Ríe
             

Bibliografía

De Sousa Santos, B. (2001). Los nuevos movimientos sociales. Debates OSAL, 177-188.
Facio, A., & Fries, L. (2005). Feminismo, género y patriarcado. Academia: revista sobre enseñanza del derecho de Buenos Aires(6), 259-294.
Hardt, M., & Holloway, J. (2012). Commonwealth y agrietar el capitalismo. Una lectura mutua. Bajo el volcán, 11(18), 121-141.
Holloway, J. (2015). Pensar la esperanza, pensar la crisis. En C. -C. Alonso, Pensar desde la resistencia anticapitalista y la autonomía (págs. 87-98). Ciudad de México: CIESAS.
Lagarde y de los Ríos, M. (2005). Los cautiverios de las mujeres. Madresposas, monjas, putas, presas y locas. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Lerner, G. (1990). La creación del patriarcado. Barcelona: Novagráfik.
Varela, N. (2008). Feminismo para principiantes. Barcelona: Ediciones B.


[1] Se entiende como identidades genéricas, a las expresiones que forman parte de la diversidad sexual y género, comunidades que no se sitúan en la forma de binomios hombres y mujeres. Para el análisis que se va a realizar a lo largo del texto, se escribe sobre las mujeres, sin embargo, eso incluye a las demás identidades diversas existentes que forman parte de la opresión del patriarcado, para una mejor fluidez y redacción del trabajo. 
[2] Nuevos Movimientos Sociales

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