Con un salvajismo inusitado las fuerzas especiales de la unidad israelí Metsada irrumpieron en la sección 12 del campo de concentración de Ofer, cercano a Ramallah ocupada y saquearon las celdas 1, 6 y 12, llevaron a los presos huelguistas al interior de un lavadero y cortaron el suministro de energía en toda la sección.
Intifada Carcelaria: Los presos palestinos en una Intifada (rebelión popular) con su principal herramienta, ‘la huelga de hambre’, para presionar a la potencia ocupante poner fin a las prisiones administrativas renovable cada 6 meses sin acusación y juicio; finalizar con sus torturas físicas y psicológicas; los derechos a visitas; el acceso a materiales educativos y cumplir con las leyes humanitarias internacionales, entre otros reclamos. Vale destacar que todos los palestinos en las cárceles sionistas fueron secuestrados del territorio palestino ocupado. Mientras tanto, las autoridades penitenciarias israelíes han promulgado una serie de nuevos procedimientos para castigar a los huelguistas de Hamas por las declaraciones de represalias que el movimiento Hamas hizo el pasado sábado de hacer ‘pagar un alto precio a la potencia ocupante si muere algún preso palestinos’. Las autoridades penitenciarias en su castigo confiscaron las pertenencias personales de 30 presos, los llevaron a registros corporales desnudos y luego los trasladaron a contenedores de hierros pequeños en la cárcel del desierto de Negev, al sur de Israel (territorio palestino de 1948). Miles de palestinos están en huelga de hambre en las cárceles israelíes y varios de ellos se encuentran en riesgo de muerte. El líder de la Yihad Islámica, Mohammad Al-Hindi, advirtió el domingo que “la muerte de un preso en huelga de hambre se iniciará una nueva Intifada. La batalla de los estómagos vacíos de más de 2.000 palestinos encarcelados que se niegan a los alimentos superó las divisiones entre facciones. Esta batalla será la puerta de entrada a la unidad palestina”.
Fase delicada: En la Intifada carcelaria, al menos 1.600 presos palestinos huelguistas en cárceles israelíes ha alcanzado un delicado punto de tensión con la hospitalización de 10 de los reclusos, entre ellos, el líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), Ahmed Saadat, de 60 años de edad. Mientras las cifras de los huelguistas para Hamas son de 1.550, la Asociación de Defensa de Presos Palestinos Adamir, eleva la cifra a más de 2.000 y la ONG palestina de derechos humanos Al-Haq, asegura que ya alcanzan a 2.600.
Reclamos: La organización Human Rights Watch, pidió a Israel “la inmediata liberación a los presos encarcelados sin cargos ni juicio en virtud de la llamada detención administrativa”. Por su parte, las facciones de la Resistencia Palestina en Gaza, en una reunión celebrada el sábado en la sede del movimiento de resistencia popular, dijeron que “no se quedarían inactivos si los presos son atacados en las cárceles o muere alguno de ellos”. Desde Amnistía Internacional hicieron “un urgente llamado para liberar los presos Bilal Diab y Zaer Halahle, que llevan 68 días sin ingerir alimentos y a los presos Hasan Safadi, Omar Abu Shalal, Yafar Azedín y Mahmud Sarsak, que mantienen desde marzo su huelga y están siendo sometidos a un trato cruel, inhumano, degradante y sus vidas corren peligro”. El pasado martes, el relator especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Richard Falk, llamó una vez más la atención a Israel para que “trate a los presos palestinos conforme a la ley humanitaria internacional y respete sus derechos” y aseguró estar “horrorizado por las continuas violaciones a los derechos humanos en las cárceles israelíes”.
¿Multas?: Según la organización Adamir, denunció que “la autoridad de la ocupación está multando a las familias de los presos en huelga entre $250 y $500 shekels diarios (entre $66 y $122 dólares). Palestinos en huelga de hambre en los campos de concentración israelí.
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