El presente trabajo, realiza una reflexión en torno al
movimiento feminista y cómo la reivindicación de luchar contra la opresión del
patriarcado tiene que ser prolongado y constante, en ese sentido se trata de
articular con los matices de las características de los "nuevos
movimientos sociales", que luchan por otros procesos diversos.
Se realiza también una crítica importante al sistema de
dominación masculina, que genera y abarca todo el espectro de la vida social,
los espacios públicos y privados, además considerando que esa dominación tan
totalizadora, hace que la resistencia que ejerce el feminismo como lucha, sea
diverso y amplio. Se identifica la importancia que tiene el capitalismo para
perpetuar al patriarcado, teniendo en cuenta que son un engranaje y dependencia
de vida de cada sistema, eso hace que los nuevos movimientos sociales, en
especial el feminismo, se interpolen con agrietar ambas cosas.
Sin embargo, como ya
se mencionó, hay una diversidad de luchas, que hacen se pueda pensar en
distintas formas de agrietar. Una articulación de los movimientos sociales,
tendrá que generar una esperanza que otro mundo es posible. ¿Es posible que el
feminismo como movimiento social genere resistencia ante el patriarcado? ¿Se
puede pensar el feminismo como una alternativa de vida? La consideración, de esas
respuestas se han venido generado desde los movimientos sociales y ahí se
encuentra la respuesta.
En un primer momento, describiremos los conceptos de
patriarcado y porqué se considera como un sistema totalizador, sus
características y formas nos ayudarán para lograr interpretar los alcances del
movimiento feminista. En un segundo instante, se expondrán las cualidades de
los nuevos movimientos sociales y de qué forma se habla de ello, eso hará
comprender la importancia del concepto de patriarcado y capitalismo como
proyectos hermanos y gemelos, que se necesitan para su subsistencia. El
movimiento feminista como crítica a los nuevos y viejos movimientos, como
articuladora de un proyecto encaminado a relaciones humanas.
1. El
patriarcado como coerción social
En el proceso histórico de la humanidad, se ha naturalizado
la dominación masculina, como referente a un androcentrismo que se expresa en
los ámbitos de la vida social, sean públicos o privados. Esa dominación
ejercida, va relacionada con una opresión aún mayor, que da referencia al
ejercicio de control sobre las mujeres y otras identidades genéricas.[1]
La opresión que ejercen los hombres se ha dado desde antes
de nuestra era, esa hegemonía de control se puede llamar patriarcado, entonces
¿Qué es el patriarcado? En ese sentido, Facio & Fries (2005), se plantea
que:
Se trata de un sistema que justifica la dominación
sobre la base de una supuesta inferioridad biológica de las mujeres. Tiene su
origen histórico en la familia, cuya jefatura ejerce el padre y se proyecta a
todo el orden social, económico, cultural, religioso y político, que determina
que las mujeres como categoría social siempre estarán subordinadas a los
hombres (pág. 280).
Se establece, entonces, que "el patriarcado es un
sistema histórico, es decir, tiene un inicio en la historia. Si es así, puede
acabarse gracias al proceso histórico," (Lerner, 1990, pág. 5) también no
es un hecho acabado, sin embargo, en las etapas de la historia ha alcanzado
aliados con los cuales engrana una mayor explotación-dominación-opresión para
su existencia. "El patriarcado es un sistema de dominación masculina que
determina la opresión y subordinación de las mujeres. El género expresa la
construcción social de la feminidad" (Varela, 2008, pág. 85).
De acuerdo con Lerner (1990) "si el patriarcado fuera
natural, es decir, que estuviera basado en un determinismo biológico, entonces
cambiarlo supondría modificar la naturaleza." (pág. 6) Pero no es así, y
si fuese de esa manera, tendría que generarse un proceso de cambio, que hasta
ahora el hombre varón ha realizado, el manejo de la naturaleza.
A esto se puede denominar como patriarcado. Sin embargo,
¿Esto fue siempre así?, ¿Cómo se genera la dominación y opresión? Hay ciertas
características que han prevalecido a lo largo del proceso histórico del
patriarcado:
Dominio del hombre ejercido a través de la violencia
sexual contra la mujer, institucionalizada y promovida a través de las
instituciones de la familia y el Estado (...) Las mujeres mantienen una relación
de subordinación frente al varón (...) Las justificaciones que permiten la
mantención del dominio sobre las mujeres tienen su origen en las diferencias
biológicas entre los sexos (Facio & Fries, 2005, pág. 281).
Si logramos comprender la totalización y el arraigo del
patriarcado, lo podemos ubicar en todas las expresiones de la vida social, al
ser así, que en todos los proyectos políticos-económicos modernos, siendo el
caso del capitalismo y el socialismo real, ya que las estructuras del
patriarcado han sido intocables, y por ende han permanecido intactas.
En un momento determinado, no siempre fue así, pues era
diferente. En el neolítico, es cuando surgen algunos cambios en la vida
privada, es decir que, del diez mil al tres mil años antes de nuestra era se
encuentran algunos rasgos importantes que se generan a partir de la división
sexual del trabajo, bajo ese aspecto se describe que, la "situación de
necesidad, que dio lugar a la primera división del trabajo por lo cual las
mujeres hacían de madres. Durante milenios la supervivencia dependió de ello y
no existió otra alternativa" (Lerner, 1990, pág. 39). Esto contradice de
manera importante a Engels que establece que el inicio del patriarcado se da
cuando surge la propiedad privada.
A partir de lo que estipula la autora, se inició con la
dominación de la vida sexual de las mujeres, pasando de ser sistemas
matrilocales a patrilocales, sobre la dominación de la procreación y la vida
sexual, además, el sentido matrilineal pierde y al mismo tiempo cede el derecho
sobre el cuerpo convirtiéndose de manera pública-privada patrilocal.
En algún momento durante la revolución agrícola,
unas sociedades relativamente igualitarias, con una división sexual del trabajo
basada en las necesidades biológicas, dieron paso a unas sociedades muchísimo
más estructuradas en las que tanto la propiedad privada como el intercambio de
mujeres basado en el tabú del incesto y la exogamia eran comunes. Las primeras
sociedades fueron a menudo matrilineales y matrilocales, mientras que las
últimas sociedades sobrevivientes eran predominante patrilineales y
patrilocales (Lerner, 1990, pág. 52).
En esa vigencia y totalizadora del sistema patriarcal, se
establecen ciertos rasgos que en la actualidad aún se notan, la sobrevivencia
del mismo ha sido tan largo como otros procesos, que no se ha sentido tan
tembloroso, esos privilegios de los hombres aún se encuentran intactos.
"El patriarcado se caracteriza por: i) el antagonismo genérico, aunando a
la opresión de las mujeres y el dominio de los hombres (...) ii) La escisión
del género femenino como producto de la enemistad histórica entre las mujeres (...)
iii) El fenómeno cultural del machismo basado tanto en el poder masculino
patriarcal" (Lagarde y de los Ríos, 2005, pág. 91).
Estos factores se encuentran tan internalizados en la vida
privada y social, que lograr desprenderse de ello, lleva a reconocer en el caso
de hombres sus privilegios y en las mujeres su condición de opresión. De
acuerdo con Lagarde y de los Ríos (2005) "el poder patriarcal existe en
los sujetos sociales y ellos lo reproducen, pero la sociedad en su conjunto y
la cultura dominante son patriarcales y en ellas mismas se gestan las
contradicciones que generan opciones alternativas, contrarias y críticas” (pág.
93).
Al ser un factor terminable y no naturalizado, tiene la
opción de desaparecer, sin embargo, a lo largo de la historia, nos han
demostrado que cuesta mucho llevarlo a cabo, el movimiento feminista articulado
a otras formas de lucha, expresan el derribe de esos procesos totalizadores.
La reproducción social como una dominación escondida incide
en los procesos de dominación masculina, ese ejercicio no violento se da en los
espacios privados y públicos, articulado por la cultura, la cosmovisión y la
familia, esos sitios coercitivos dan pie a que se prolongue y se naturalice
criterios de desigualdad, violencia y discriminación. Eso además prolonga el
patriarcado.
2. Feminismo
como resistencia y alternativa.
¿El patriarcado no tiene fin? ¿Cuál es el horizonte de las
luchas feministas? ¿Se comprende la lucha del patriarcado como una lucha
sistemática para con su aliado natural, el capitalismo? Para tratar de dar
respuesta a las preguntas, se debe comprender que el feminismo no es uno solo,
si no hay diferentes posiciones que hacen sea una infinidad de posiciones.
La lucha contra el patriarcado se da en muchos frentes: la
familia, la reproducción, la sexualidad, espacios privados, espacios públicos,
participación política, derechos laborales, racismo, etc. Sin embargo, esos
referentes hacen que exista una infinidad de resistencias sistemáticas, un sin
fin de respuestas y acciones concretas que se realizan para frenar la opresión
y violencia que ejerce el patriarcado a través de la dominación masculina.
Si bien, se entiende que la lucha social se relaciona de
manera importante con las condiciones que prevalecen en cada espacio situado de
las mujeres, esto hace a que se vea a los movimientos sociales y en específico
de los feminismos como una esperanza a la crisis civilizatoria del capitalismo,
pero también, una esperanza a la transformación de las relaciones entre
humanas/os. Los movimientos sociales traen siempre consigo una demanda y un
cambio, algunos más un proyecto político, social y/o económico.
En la actualidad, los movimientos sociales como el
movimiento feminista han venido cambiando, a partir del mayo francés en 1968,
ya no prevalece el movimiento obrero o comunista solamente, sino también,
nuevos movimientos sociales que diversifican sus objetivos y criterios de
lucha, la transformación del mundo en dos pasos: tomar el poder y hacer la
revolución (desde el horizonte de gobierno político) se difuminó:
La difusión social de la producción contribuyó a
desenmascarar nuevas formas de opresión y que el aislamiento político del
movimiento obrero facilitó el surgimiento de nuevos sujetos sociales y nuevas
prácticas de movilización social (De Sousa Santos, 2001, pág. 177).
Las esperanzas en los movimientos obreros no fueron
suficientes, el socialismo real se derrumbó, la caída del muro de Berlín en
1989 y la desaparición de la Unión Soviética en 1991, llevaron a una crisis de
respuestas infinitas.
Al
identificar nuevas formas de opresión que sobrepasan las relaciones de
producción, y ni siquiera son específicas de ellas, como son la guerra, la
polución, el machismo, el racismo o el productivismo; y al abogar por un nuevo
paradigma social, menos basado en la riqueza y en el bienestar material del
que, en la cultura y en la calidad de vida, denuncian los NMSs[2],
con una radicalidad sin precedentes, los excesos de regulación de la modernidad
(De Sousa Santos, 2001, pág. 178).
Los movimientos feministas, entonces, se articulan en
nuevas expresiones de lucha que se encuentran en la delgada línea de
transformar las condiciones patriarcales desde su estructura y/o cambiar las
condiciones de efecto de ese sistema de dominación. Las agendas políticas, han
ido avanzado en ambos frentes que abren todo un bagaje de soluciones a
respuestas, unas más directas y otras de manera estructural ¿Será suficiente
las acciones de los movimientos feministas? Si el patriarcado se abraza con el
capitalismo y forma parte del proyecto civilizador de la modernidad ¿Es
suficiente una lucha así?
Precisamente, una de las características que tiene el
feminismo es que viene a desarticular y criticar a varios movimientos sociales
existentes, "combatir los prejuicios patriarcales arraigados incluso entre
la izquierda e impulsar líneas de actuación más radicales y renovadoras"
(Varela, 2008, pág. 91). Muchos de ellos obreros, anarquistas, campesinos,
estudiantiles, etc. Porque aún no se ha comprendido que la lucha es sistemática
contra el patriarcal y contra el capital. Sin embargo, los movimientos
feministas, no han logrado articular sus diferentes luchas en una agenda unificadora
que llegue a temblar al patriarcado y la dominación masculina en aspectos
estructurales.
El planteamiento de Holloway, sobre agrietar el sistema sin
tener una unificación como movimiento social, es una característica de los
nuevos movimientos sociales: la indignación y la rabia que prevalece de manera
generalizada y global, hace que existe y prevalezca una resistencia permanente
a toda esa opresión. El hecho de coexistir y existir las mujeres en un estado
violento, hace que exista aún esa resistencia permanente del movimiento
feminista.
Sin embargo, el anhelo, la esperanza para otro mundo
no ha desaparecido. No puede desaparecer. Brota de la rabia (…) brota de la
frustración que sentimos cuando nos damos cuenta que probablemente vamos a
pasar gran parte de nuestra vida haciendo cosas que nosotros no determinamos,
brota del grito No que lanzamos cuando vemos cómo las empresas mineras están
destruyendo comunidades. (Holloway, 2015, pág. 88)
Es como una alegoría: existe un lago congelado, en ella hay
varias mujeres y hombres, que quieren desprender el hielo para tener agua, sin
embargo, cada persona no tiene noción ni idea que lxs demás requieren lo mismo,
esa falta de conocimiento lxs lleva a agrietar el hielo en diferentes horas
durante el día, con diferentes mecanismo, eso hace que todo los días durante el
tiempo de congelamiento, el lago se vuelva a congelar, esas grietas que
realizan desaparecen con el propio proceso de congelamiento.
Con lo anterior entendemos que el capitalismo y el patriarcado
se sitúan como ese gran hielo que no deja desprender agua, cada movimiento
social lucha por querer agrietarlo y desaparecerlo, pero por cada tiempo esas
fisuras o grietas se hacen más grandes, otras más pequeñas y se vuelven a
restaurar. El significado que da Holloway es precisamente eso, que los
movimientos sociales y las personas en general, agrietan esa gran
articulación.
Nuestro problema es romper e ir más allá, no erigir un
sistema alternativo de gobierno. Podemos tratar de seguir las prácticas de los
movimientos sociales existentes, criticarlos y ver cómo se alcanza o no la
confluencia, pero no podemos establecer un modelo para el futuro (Hardt &
Holloway, 2012, pág. 129).
Nos hace pensar que el capitalismo como el patriarcado si
tienen fin, porque no siempre fue así, porque no es un proceso natural, y que
en la actualidad ambas cosas de dominación llevan a comprender que tienen
autonomía, pero tienen una relación causal importante, que, si una de ellas se
destruye, la otra a su vez llega agrietarse con gran magnitud.
El feminismo, entonces, al ser un movimiento totalizador
que abarca la transformación de todos los espacios, llega a reivindicar un
proceso de resistencia perpetua contra el patriarcado y su íntimo acompañante
histórico el capitalismo. Por ello, es una alternativa, una alternativa a otra
forma de vida, donde se armonizan las relaciones sociales de manera recíproca,
siendo que esta no es una lucha contra hombres como se sataniza, ya que,
"no se trataba de enfrentar a las mujeres contra los hombres, los hombres
formarían parte de la organización, aunque serían las mujeres las que llevarían
la voz cantante" (Varela, 2008, pág. 80), sino más bien, viene a trastocar
los privilegios históricos que los hombres han tenido a lo largo de la historia
de la humanidad, que a su vez se naturalizan en un proceso complejo, que va con
la cultura, biológica, etc.
A manera de conclusiones.
El feminismo como praxis, lleva a señalar la resistencia
que se ha tenido, no solamente en la época actual con el desarrollo de la
tercera ola del feminismo, sino a lo largo de la historia, con la construcción
misma del patriarcado hace seis mil años. Y en esas diferentes etapas
históricas, existen mujeres que resisten, en ese sentido, como se señala con
Holloway la esperanza y la rabia juntas, hacen que la resistencia sea
permanente.
Como movimiento social, el feminismo ha tenido diferentes
formas de expresión, que se ven diversificadas por la propia existencia del
patriarcado, los espacios públicos y privados, contemplan luchas y formas
diferentes de cómo hacer frente a esa resistencia.
Sin embargo, se tiene en cuenta que el feminismo o los
feminismos son opciones de lucha, pero además de alternativa para un mundo
justo e igualitario, eso lleva a indicar que la articulación de esos frentes de
hombres y mujeres en lucha tienen que considerar combatir al patriarcado. No se
niega las luchas y movimientos del feminismo liberal, sin embargo, se entiende
que el patriarcado es totalizador, que a veces esas diferencias de lucha, no
son suficiente para ello.
Los privilegios de los opresores son diversos, como
diversos son las formas de contenerlas, las resistencias se traducen en nuevos
horizontes y alternativas del vivir, comprendiendo que el capitalismo necesita
de las múltiples opresiones que se viven. Señalar que el feminismo es otra vía
posible tendría que ser considerada en los nuevos movimientos sociales, esa
convergencia y unificación en un futuro de esas grietas será posible porque
tenemos los mismos dolores, los mismos sufrimientos y las mismas rabias.
Kresta Ríe
Bibliografía
De Sousa Santos, B.
(2001). Los nuevos movimientos sociales. Debates
OSAL, 177-188.
Facio, A., & Fries,
L. (2005). Feminismo, género y patriarcado. Academia:
revista sobre enseñanza del derecho de Buenos Aires(6), 259-294.
Hardt, M., &
Holloway, J. (2012). Commonwealth y agrietar el capitalismo. Una lectura mutua.
Bajo el volcán, 11(18), 121-141.
Holloway, J. (2015).
Pensar la esperanza, pensar la crisis. En C. -C. Alonso, Pensar desde la resistencia anticapitalista y la autonomía (págs.
87-98). Ciudad de México: CIESAS.
Lagarde y de los Ríos, M.
(2005). Los cautiverios de las mujeres.
Madresposas, monjas, putas, presas y locas. Ciudad de México: Universidad
Nacional Autónoma de México.
Lerner, G. (1990). La creación del patriarcado. Barcelona:
Novagráfik.
Varela, N. (2008). Feminismo para principiantes. Barcelona:
Ediciones B.
[1]
Se entiende como identidades genéricas, a las expresiones que forman parte de
la diversidad sexual y género, comunidades que no se sitúan en la forma de
binomios hombres y mujeres. Para el análisis que se va a realizar a lo largo
del texto, se escribe sobre las mujeres, sin embargo, eso incluye a las demás
identidades diversas existentes que forman parte de la opresión del
patriarcado, para una mejor fluidez y redacción del trabajo.
[2]
Nuevos Movimientos Sociales
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